La infancia en México
Es visible en últimas fechas la presencia de niños pidiendo dádivas en los cruceros y calles de la Ciudad de México.
Es
visible en últimas fechas la presencia de niños pidiendo dádivas en los
cruceros y calles de la Ciudad de México. La pandemia ha dejado grandes
secuelas, que hoy alcanzan a los menores de nuestro país y del mundo entero. Un
informe de la Organización Internacional del Trabajo y del Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), indica que hasta 46 millones de
niños y niñas en el orbe se encuentran en riesgo de presentar situación de
trabajo infantil. El
estudio destaca que a causa de la crisis económica a nivel global hay 9
millones de infantes que corren el riesgo de ser víctimas del trabajo infantil
hacia finales del 2022, pero esa cifra puede alcanzar a 46 millones si no se
dispone de protección social esencial. Hoy
día, el número de niños en esta situación se eleva a 160 millones en todo el
mundo, tras aumentar 8.4 millones en los últimos cuatro años, con lo que se
registra el primer retroceso en 20 años. Desde
luego la crisis económica y el cierre de planteles escolares, generan que los
menores que ya están en situación de trabajo infantil laboren más horas o en
condiciones más complicadas; en otros casos pueden caer en peores formas de
explotación debido a la pérdida de empleo e ingresos de las familias
vulnerables. Preocupa
en particular el caso de los menores que durante la pandemia han sufrido
la pérdida de uno o ambos padres o tutores. En Países como México se ha visto
que cuando esto pasa, los menores rápidamente se hacen cargo de las tareas del
hogar. En
nuestro país en el 32.3 por ciento de los hogares con población infantil, al
menos un integrante de la familia ha perdido su empleo. Además el 41.7 por
ciento de dichos hogares no cuentan con los recursos económicos necesarios para
quedarse en casa y cumplir así con las medidas restrictivas de movilidad. A nadie
nos gusta éste rostro que ha dejado la pandemia; sin embargo, conforme a la OIT
y Unicef, cuando los adultos no encuentran trabajo y se quedan sin opciones
para subsistir, muchas veces los niños son expulsados de su hogar, y quedan
vulnerables a ser explotados o ser víctimas de los peores tipos de trabajo
infantil. En
México hay 3.2 millones de niños que trabajan en actividades económicas
ilícitas, y la situación actual puede llevar a un mayor riesgo de que los
menores sean incorporados en actividades del crimen organizado, así como a la
trata y la explotación sexual. De tal
forma los gobiernos y los ciudadanos del mundo, debemos mirar a nuestros niños
a los ojos, ampararlos en lo posible, y rescatarlos de que sean utilizados para
actividades aberrantes. Son nuestros niños el futuro de nuestro mundo, ellos no
tienen la culpa de haber nacido, y menos aún de vivir en la era del monstruo
letal que ha resultado el Coronavirus. Es
urgente replantear programas sociales, de salud y educación, que permitan
resarcir las heridas que la pandemia ha dejado en nuestros niños; retomemos la
humanidad que aún debemos tener dentro de nosotros, para salvaguardar a nuestro
menores que son el tesoro más preciado con que contamos, es nuestro deber devolver
la sonrisa a nuestros niños que tantas carcajadas nos arrancan, y nos dan
fuerzas para vivir el día a día.
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