El vestido de Tatiana Clouthier, ¿Clasismo? ¿Malinchismo? O ¿Mal gusto?

Después de un descanso y dar lugar a las campañas federales y locales, he regresado más crítica y analítica, agradeciendo su tiempo para leerme.

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Después de un descanso y dar lugar a las campañas federales y locales, he regresado más crítica y analítica, agradeciendo su tiempo para leerme.

Esta semana las noticias se volcaron, no en los juegos Olímpicos y la gran participación que están teniendo las y los deportistas mexicanos; no en el rebrote de la pandemia de Covid en todo el país, así como sus variantes; no en lo mal que está la economía en México; todos los comentarios de periodistas y memes en redes sociales solo se enfocaron en un solo tema, en la mofa y crítica hacia la secretaria de economía federal, Tatiana Clouthier.

Se esperaría que la burla fuera porque se equivocó en su discurso, en su presentación o tal vez, porque tropezó; pero cuál es mi sorpresa al ver que todo se centró en la forma en que la secretaría vistió para reunirse con la secretaria de comercio de Estados Unidos.

El tema por el cual fue Tatiana a dicha gira de trabajo pasó desapercibido, no sé sabe de manera certera cual fue el objetivo de dicha reunión o de la gira, lo que sí es un hecho que en las redes sociales nos “envalentonamos” y sacamos a relucir la Carolina Herrera que todos tenemos adentro.

Todos y todas opinando de lo mal vestida que fue, hasta Joaquín López Dóriga, se atrevió a tuitear en tono sarcástico sobre la forma de presentarse. De igual manera, todos y todas dándose vuelo compartiendo el meme representando a Clouthier como doña Florinda, sí, la mamá de Quico, con sus eternos tubos y su delantal.

Los comentarios que leí fueron diversos, desde que una secretaria debe de vestir de manera más formal y elegante, que si debió de peinarse, que si necesita un asesoramiento de imagen, etc…

Lo anterior solo demuestra una triste realidad, que como te vistas y te veas, tiene más peso que tu nivel intelectual, académico o de preparación para enfrentar cualquier situación.

Hubiera preferido leer, que reconocían su gran desempeño que tuvo ante una secretaria de estado del país vecino, que su participación fue fundamental para concretar esfuerzos en pro de la economía, principalmente de México.

Por el contrario, solo se demuestra una vez más el clasismo y el malinchismo que nos caracteriza a nosotros los mexicanos.

Nos importa más como vista y  luzca una mujer, en lugar de su manera de actuar y proceder y lo que está aportando para la sociedad.

De igual manera, tanto pregonamos la sororidad y la no violencia política de género, y las mismas mujeres nos encargamos de aniquilar a otra mujer por su físico o apariencia.

¿Recuerdan a Yalitza Aparicio? ¿Ya olvidaron como la criticaban comentando “que aunque la mona se vista de seda, mona se queda”?

Parecía no importar su trabajo como actriz principiante, ni su desempeño profesional que ha tenido a raíz de su primer papel protagónico, ni “codearse” con la élite de la actuación mundial; lo importante era señalar su tono de piel, su vestimenta sencilla con la que al principio se presentaba o el cuerpo no estilizado, común de la mujer mexicana.

Entonces, el ser rubio o güera, de piel blanca, y vestirte con ropa cara de diseñador, te permite sobresalir e imponer tu presencia física sobre tu capacidad, trabajo, y desempeño profesional.

Así que antes de juzgar y sentirte una Joan Rivers, recuerda que todos estamos en la casa del jabonero, y que por cada dedo que señales a los demás, tres te estarán juzgando a ti; es mejor que te juzguen por lo mal que haces las cosas y no por si el vestido estaba arrugado o no era apropiado para la ocasión, y si tanto les encanta la moda, mejor dedíquense a estudiar, y hasta un próximo Gianni Versace podemos tener entre nosotros.

Nos leemos próximamente

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