Los impresentables
Los modelos de partidos políticos están más que agotados frente a una sociedad que mira con indignación, decepción y desafección política...
Los modelos de
partidos políticos están más que agotados frente a una sociedad que mira con
indignación, decepción y desafección política, que ningún partido político
escapa a los vicios que están en las entrañas de estos modelos, que sirvieron
para avalar el ejercicio democrático del poder, cuyos excesos los han llevado a
la decadencia.
PRI, PAN, Morena,
Movimiento Ciudadano, PT, PVEM y toda la chiquillada de partidos rémoras, igualan
los vicios y las corruptelas que se multiplican de manera abierta y con el
cinismo partidario de no defender a sus militantes, sino a intereses cupulares.
Hay un agotamiento
real en la sociedad frente a las mismas historias sólo con diferentes
protagonistas.
Aquellos que son
votados para cargos de elección popular y ganan, deberían responder a una
encomienda ciudadana.
Por lo anterior
resulta ridículo seguir manteniendo a estos partidos políticos que ya no
responden a intereses de una sociedad.
Es aún más incongruente
cuando se empieza a hablar de los hombres o mujeres fuertes de un gobernador,
como si las urnas ya fueran sólo el trámite, pues lo que cuenta es quiénes
ganarán para velar los intereses de un mandatario o grupo en el poder.
Las campañas políticas
desde hace un buen tiempo empezaron a morir en el intento de convencer lo que
hoy, ya no es creíble.
Gobernadores,
Presidentes Municipales, Senadores, Diputados, Regidores, ejercen el poder a
partir de sus intereses personales, cupulares y ya ni siquiera cumpliéndoles a
sus militantes o correligionarios, lo hacen respondiendo a los socios y
padrinos.
Muchos de ellos,
arriban al poder gracias a la compra de candidaturas, también lo hacen a través
de los espacios plurinominales que se dan por parentesco, sociedades o por
cofradías.
La política
mexicana del siglo XXI destapó sus grandes debilidades llenándose de cantidad
de impresentables.
En Puebla sabemos
muy bien detectar a estos personajes que han visto en la política una forma de
hacer negocios y acrecentar fortunas.
¿Qué hacen cuando
llegan al poder? Lo primero que
hacen es ejercer el mandato desde el principio de administrar el erario público
para poder hacer los grandes negocios.
Crean constructoras
con prestanombres, hacen florecer factureras, remodelan congresos, se
convierten en unos magos del blanqueo de capitales locales, llenan sus
administraciones y curules de familiares, amigos, compadres.
Capitalizan los
desastres para desviar los recursos de tragedias a cuentas bancarias personales.
Adquieren concesiones, se convierten en notarios, dueños de medios de
comunicación, gaseros, hoteleros.
Fomentan el
compadrazgo a merced de los contratos con sobreprecio, duplican nóminas,
dobletean la contabilidad. Como funcionarios se inventan megaproyectos y
terminan siendo socios de los mismos. Vacían las arcas de las secretarías
gubernamentales que manejan. De la noche a la mañana se convierten en
terratenientes inmobiliarios en el sureste del país. Pelean las dirigencias de
los partidos como departamento de vecindad, rinden protesta y al siguiente día
inician la campaña para chapulinear al siguiente cargo.
El síndrome de los
impresentables cada vez ataca a más políticos no sólo en Puebla, sino en un
México ávido de abrir de manera real, los canales hacia una sociedad que como
nunca está harta de ver cómo estos especímenes, van mutando de partido y color
sólo con la finalidad de acrecentar su patrimonio personal a costa del erario
público.
A la hora de hablar
de democracia, también tenemos que referir la urgencia de depurar el estilo que
tenemos para llevar al mandato a una clase política disfuncional y con actos de
corrupción, que se clonan sin distinción de color o partido ¿Ustedes a cuántos
impresentables conocen? Elijan los nombres que seguramente la lista es larga,
vigente y duradera.
@rubysoriano
@alquimiapoder
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