Vicios al desnudo

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Dicen que no son iguales y, tal vez, tengan razón, en decirlo, pero lo que hacen es tan parecido a lo que tanto critican que dejan dudas. 

Censuran a los fifís y, finalmente, son lo mismo o hasta más, acudiendo a eventos reservados a aquellos que tanto desdeñan. 

Lo mismo viaja en aeronaves privadas, que detienen el despegue de un avión por venir retrasados, que acuden al evento catalogado como el más fifí de todos y contrae nupcias en sitios de lujo. 

El asunto en que se inmiscuyó a la ahora ex secretaria de Turismo de la CDMX, Paola Félix, es tan complejo que algunos quieren desestimarlo, aunque cuenta con demasiadas aristas que muestran la debilidad de las estructuras de la nueva clase política, tan parecida a la del pasado. 

Una secretaria de Turismo que apenas llegó a integrarse al gabinete de la potencial candidata presidencial, Claudia Sheinbaum y que muestra de manera descarnada que los vicios tan criticados se mantienen. 

Un proveedor que recibe un contrato sin licitación viaja en el mismo vuelo que la persona que se lo asigno y que además tiene el carácter de privado, en una nave de un conocido editor periodístico al que se le mencionaba constantemente por su cercanía con el poder y que ahora es hostigado desde las mañaneras. 

El contubernio, complicidad o como se le quiera llamar entre autoridad, proveedor, editor, es sumamente sospechoso y más cuando se sabe de un contrato sin licitación, de poca monta, según algunos.

Pero el uso de una aeronave privada en tiempos de austeridad por parte de una funcionaria de no tan alto rango quien aspira a ser la candidata presencia del partido en el poder, deja una herida que tardará en supurar en la aspirante presidencial. Tampoco se puede dejar de lado el acarreo de dinero que no se declara a las autoridades migratorias y que primero se dijo pertenecía a la todavía entonces secretaria de Turismo y que luego fue absorbida la posesión del mismo por el empresario. Pero todavía más, en CDMX, terreno de la secretaria se desarrollaba el Gran Premio de México, una carrera automovilística catalogada por el mismo Presidente como fifí, pero que dejaría una gran derrama económica y la titular del ramo, desatendiendo sus funciones. 

Si a ello aunamos que todos ellos asistían a una boda entre dos personajes, esas sí de mayor altura política, el encargado de investigar toda clase de delitos financieros y quien se encuentra a la espera de la vacante en la Fiscalía General de la República, el asunto requiere máxima atención. 

Nuevamente una boda deja en evidencia a los integrantes de la 4T que se muestran tan mundanos como los que se fueron y dejaron tan lastimada las finanzas nacionales. 

Si en el pasado (hace tres años) César Yáñez fue severamente criticado por el lujo de su boda y la difusión que se le dio en las llamadas revistas del corazón, lo que le costó ser marginado del primer círculo presidencial, la de ahora trató de ser manejada con gran discreción. 

Entendieron la lección de hace tres años y Santiago Nieto y su ahora esposa Carla Humphrey, decidieron actuar con cautela y pedir a sus invitados se abstuvieran de subir fotos o dar detalles de la boda, por lo que decidieron celebrar el enlace en Guatemala, alejados de los reflectores nacionales y considerablemente más económico que los altos costos en los sitios principales de la república mexicana, aunque ciertamente la economía no era su tema. 

El amor vence todo tipo de resistencias y la boda mostró que morenos, verdes, panistas y priistas, pueden convivir si de festejos se trata, aunque no logren acuerdos en lo político, pero que si de esparcimiento se trata, entonces si se olvidan ideologías. 

Para colmo de males en un fin de semana para el olvido, el dirigente del partido que critica a los fifís y censura los gastos superfluos, se encontraba disfrutando en primera fila del evento automovilístico. Mario Delgado debió ahorrar una buena parte de su salario de su exiguo salario para comprar uno de los tan codiciados boletos reservados a la clase a la que no pertenece y que tanto aborrece. 

El tema no es tan sencillo como para borrarlo de la memoria, ni se trata de uno de los grandes distractores que yanto se usan en la actualidad. Se trata de un gran escándalo que viene a pegar en la línea de flotación de la 4T. 


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