Un asunto de perspectiva: Sobre el crecimiento
A nadie le queda duda de que el crecimiento económico es una variable de importancia para explicar el dinamismo de una economía.
A nadie le queda duda de que el crecimiento económico es una variable de importancia para explicar el dinamismo de una economía. Todos los países del mundo son medidos y evaluados a través de sus tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto, entre otros indicadores relacionados con el bienestar.
Para el mundo, las perspectivas económicas generales con respecto al crecimiento son de debilidad y desaceleración. La brecha entre las economías desarrolladas y las emergentes también son visibles, mientras las primeras recuperarán los niveles de empleo pre-pandemia más rápido, las segundas verán un escenario más retardado y heterogéneo.
México, que entra en el segundo grupo de países antes descrito, tiene en frente un primer semestre de 2022 bastante acotado que proyecta una tasa de crecimiento del 1.5% para el presente año. Lo anterior pone a nuestra economía por debajo de la tendencia potencial de la economía que se prevé se alcance hasta el año 2023.
La cuestión es la siguiente. ¿En términos relativos cómo debe ser interpretado el comportamiento económico de México durante esta crisis? Para tratar de dar una respuesta a esta pregunta hay que considerar 3 cosas. La primera es que la tendencia económica global es común, no es un caso aislado de nuestro país. La segunda tiene que ver con el hecho de que, en este contexto, México mantuvo estable sus niveles de deuda pública en medio de la crisis más importante en los últimos tiempos. La tercera es que nuestro país se encuentra en un cambio de visión política de largo plazo que se fundamenta en un cambio importante en la visión y estrategia en el ámbito energético.
Esto es importante porque hay que recordar que el crecimiento económico es un fenómeno que se gesta en el largo plazo y que tiene fundamentos estructurales. Ningún país crece o deja de crecer de la noche a la mañana. El crecimiento mediocre de México se fundamenta en años de políticas económicas muy limitadas en el aspecto social que hoy hicieron pagar caro a México en medio de la pandemia.
Ante esto y a pesar de lo anterior, los últimos dos factores mencionados (la estabilidad de la deuda y el cambio de régimen político) sí son idiosincráticos para el caso mexicano y lo pone en ventaja para poder sentar bases para el futuro. ¿Qué será importante? Incentivar sectores estratégicos como la construcción, los servicios de salud, educativos y el sector vivienda. Por otro lado, establecer un plan de inversión productiva de largo plazo relacionado con la industria en general y que tenga como centro la producción de contenido nacional. Lo anterior sigue siendo un reto pero que puede ser atacado dadas las condiciones y ventajas que tenemos.
El crecimiento no debe ser un fin de la política económica como se ha interpretado por muchos años en México, sino el resultado de una política que tiene como centro el bienestar social, la soberanía energética y económica y el impulso de lo hecho en México.
José Ángel Alcántara Lizárraga Profesor de Economía / Tiempo Completo Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla |
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