La cancha debe ser zona de paz

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Siempre intenté buscar la forma de contar el día a día de la publicidad desde una perspectiva distinta, desde los cambios sociales y nuevos paradigmas. Hoy, El Popular me abre esa ventana y es indispensable comenzar con una palabra: precedente.

El mensaje es contundente: la paz siempre será la respuesta. Desde muchas perspectivas, el deporte profesional debe ser una lección constante de valores, humanismo, entrega y sacrificio mezclado con la maquinaria de una industria que genera millones de dólares.

En México hablar de nuevas oportunidades y comienzos es un reto, un momento que parece estar destinado a recomponer una industria que poco a poco ha mostrado deterioro. Hace unos días, en Querétaro, el fútbol se convirtió en sólo un pretexto para mostrar la pérdida contundente, pasó de un espectáculo a una batalla campal.

Pero la comunicación es aún más profunda: significó poner en el centro al aficionado, dejar a un lado todas las perspectivas monetarias que ha representado en pérdidas este desafortunado suceso y tratar de convertirlo en un verdadero agente de cambio.

La noticia se replicó en segundos en todo el mundo y probablemente, eso nos hace recordar que dentro del deporte profesional, no cabe el fanatismo enfermizo. Este deporte nos da identidad y genera una ola de emociones positivas que bajo ninguna circunstancia deben convertirse en resentimiento al rival.

Querétaro ha sido una plaza complicada desde su ingreso al fútbol profesional pero, también pionera dentro del fútbol posmoderno en México: en 1980 uno de los equipos más sui géneris ascendió a Primera División, los Atletas Campesinos tenían sede en el Estadio Olímpico de Querétaro y ciertamente, a pesar de su corta estadía y existencia hicieron historia en este país por una razón que fue por demás interesante, fueron el primer club en tener publicidad en su playera. Antes de esa época en México se consideraba prohibido contener cualquier marca y es que, con un tractor en el pecho que hacía clara referencia a la empresa John Deere fue como violaron el reglamento de la Federación Mexicana de Fútbol.

Desde los Gallos Blancos hasta los Atletas Campesinos, Querétaro ha sido una plaza de constante ir y venir dentro del fútbol profesional y con los más recientes acontecimientos de violencia que detonaron en multas y suspensiones, es prácticamente un hecho su nueva desaparición que hoy deja un precedente en el deporte profesional: ya no cabe el anonimato de los aficionados.

Es cierto, no es el primer acto barbárico pero, sí es, uno que cimbró a todos los intocables de nuestro deporte. Mismo que se ha convertido en el estandarte para la campaña de paz instaurada por la misma liga y que hoy deja muchísimas reflexiones. Necesitamos deconstruir nuestro deporte profesional, buscar a toda costa que se generen mesas de diálogo para establecer estrategias de comunicación efectiva y además, buscar nuevos caminos para atraer al aficionado que hoy, en gran porcentaje, siente miedo.

La labor primordial de la publicidad será buscar beneficios que construyan de forma efectiva estrategias que incentiven la conversación desde digital hasta tradicional, detonantes comerciales que, puedan acercarnos una vez más a ser pioneros en América Latina y en el mundo. El deporte profesional necesita ser ese momento de unión, emotividad y competencia que sean un vínculo de paz social.

Las canchas son y deben ser zonas de paz.

 

Alejandro Johnson Camacho

Publicista

Actualmente es publicista de Coyotes de Tlaxcala y de la disquera de música clásica URTEXT, es creativo, melómano y un personaje lleno de historias.

Twitter/Instagram: @alexjohnsonc

Correo: [email protected]

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