Viajar es un acto para disfrutar, conocer y experimentar nuevas culturas, descubriéndonos a nosotros mismos. ¿Por qué no hacerlo de la manera más emocionante posible? La Tierra es un lugar maravilloso y la tecnología ha puesto a disposición de todo el mundo hasta los alojamientos más remotos o escondidos.

En México, tenemos una diversidad única que enamora. No se trata tan sólo de los paisajes, la naturaleza y los diferentes ecosistemas que conviven a la perfección en el país, también ofrece experiencias únicas para los turistas que se ven seducidos por la amplia oferta de actividades, excursiones y hoteles con un toque muy peculiar.

Tal es el caso del Hotel Azulik, en Tulum, este resort es uno de los más deslumbrantes de México. La principal virtud es que desde la terraza tendrás la mejor vista del Mar Caribe. Una de las principales características es que cada habitación tiene forma de casa de árbol, por lo que si eres amante de las aventuras que salen de lo normal no debes dudarlo ya que este será el mejor hotel de tu vida. Si estás buscando desconectarte literalmente de las redes sociales, lograr una verdadera introspección y conectar con la naturaleza, Azulik tiene la ventaja de que no cuenta con electricidad, televisión, internet ni teléfono.

Recuerdo que en mi noche en el sitio, el calor me hizo despertar al filo de la medianoche. Y el sudor. El cuerpo de aquella mujer hecho de tierra, envuelto en costras de tierra, se desbarataba como si estuviera derritiéndose en un charco de lodo. Yo me sentía nadar entre el sudor que chorreaba de ella y me faltó el aire que se necesita para respirar. Entonces me levanté. La mujer dormía. De su boca borbotaba un ruido de burbujas muy parecido al del estertor. Salí a la calle para buscar el aire; pero el calor que me perseguía no se despegaba de mí. Y es que no había aire; sólo la noche entorpecida y quieta, acalorada por la canícula de agosto. No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre.

Digo para siempre. Tengo memoria de haber visto algo así como nubes espumosas haciendo remolino sobre mi cabeza y luego enjuagarme con aquella espuma y perderme en su nublazón. Fue lo último que vi.

Otro de los principales hoteles que entran en esta categoría se encuentra en Baja California, el hotel Burbuja de Ensenada es absolutamente majestuoso, consta de 10 habitaciones en forma de burbuja y cuyo techo está despejado para acostarse con la compañía de las estrellas. Las burbujas se encuentran en el medio de un viñedo lo que les da otro ingrediente muy especial. Cada burbuja posee cama doble, temperatura controlada, baño privado, aunque no hay WI-FI. De día podrás jugar al golf, degustar los mejores vinos de Ensenada, hacer todo tipo de deportes náuticos y hasta recorrer Baja California aprovechando las cercanías entre los diferentes destinos.

Si eres de esas personas que se salen de lo ordinario, estás aburrido de los establecimientos habituales, tendrás que visitar estos dos hoteles lo más pronto posible.

¡Viajemos Juntos!