“La educación no va a cambiar el mundo, va a cambiar a las personas que van a cambiar el mundo”.

Y después de dos años que la pandemia nos pegó y tuvimos que hacer muchos cambios, incluyendo la educación donde millones de niños asistieron a clases de manera “virtual”. Este pasado lunes 29 de agosto, el ciclo escolar 2022-2023 inició. Sin duda alguna, el regreso beneficiará a muchas personas, desde la señora que vende dulces afuera de la institución, como a la papelería, la tiendita de la esquina, el transporte público y todo lo que mueve un “regreso a clases”.

Los padres tuvieron que hacer grandes esfuerzos, sacar los ahorros del cochinito o guardar cada quincena un poco de dinero para que los niños regresen a las aulas. Ya sabe usted la lista de útiles que piden en la que los padres gastaron entre 2000 y 3000 pesos, más uniformes, zapatos, tenis, inscripciones o “cuotas especiales” y demás materiales que se utilizarán a lo largo de este año. La pregunta es ¿todo este dinero gastado, se desquita con la educación que reciben nuestros hijos?

El próximo mes de octubre iniciará la llamada prueba piloto de educación básica la cual solamente será puesta en marcha para 30 escuelas de cada unidad federativa, “una idea” que dejó la saliente titular de educación pública y quien buscará la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez. La otrora Secretaria explicó que el nuevo plan de estudios se aplicará en primer grado de preescolar, primero de primaria y primero de secundaria. Previamente, durante este mes de septiembre se obtendrá el diagnóstico del grupo, se buscará fortalecer los aprendizajes y se  iniciará el proceso informativo para quienes serán parte del piloteo. Podríamos decir: “intentémoslo y a ver que pasa”.

Sin embargo para muchos docentes el plan de estudios tiene más dudas que certezas, y es que señalan, aún hacen falta muchas herramientas para que el plan de estudio funcione. Hace falta una explicación precisa debido a que la SEP no ha presentado el nuevo modelo para la educación básica de una forma que sea entendible, además de que se tiene que contar con una fase previa de difusión y conocimientos de este modelo. En muchas escuelas, a días de haber iniciado con el ciclo escolar faltan herramientas - escuelas de la sierra negra de Puebla, donde las instituciones se encuentran muy alejadas - aún no tienen los libros de texto para los estudiantes que retornan a clases que contengan la nueva currícula de educación básica acorde con el anunciado nuevo modelo educativo. Así está todo el país.

Quizá no haya que ir tan lejos, las escuelas de San Andrés Cholula aún necesitan de mucha atención, la falta de docentes capaces es una de ellas, la falta de espacios necesarios para poder tener a un niño en las escuelas también es importante. La diferencia entre la educación pública y la privada cada vez se hace más notoria. Y aún la educación privada se rezaga cada año contra el resto del mundo.

¿Qué nos dejó la pandemia del COVID-19 en dos años que los alumnos estuvieron en casa?, ¿cómo llegan los alumnos a las aulas? y ¿qué se espera de los docentes al momento de estar frente a un grupo?. Cada vez nuestros hijos se retrasan más con respecto a otros países. Desde 2010 México firmó entre otros el acuerdo de cooperación para mejorar la educación de las escuelas mexicanas. Ya vamos retrasados, y después de la entrevista que le realizó Daniela Dithurbide a Leticia Ramírez la nueva Secretaria de Educación, más temprano que tarde vamos a pagar las consecuencias.