La marcha de ayer convocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la CDMX en apoyo a su llamada Cuarta Transformación deja un muy mal sabor de boca. De esos que quedan después de una larga noche de copas, donde el alcohol, el sexo y el cigarro son abundantes y al otro día hay que madrugar y salir a trabajar, porque no hay de otra, con ese olor fétido en la boca, la pesadumbre del cuerpo y la cabeza a punto de estallar.

La marcha de la revancha se roba la esperanza de México al ver que no hay ni habrá por lo menos un sexenio más -pronósticos más optimismas- contrapesos ni oposición que le haga mella a la 4T de López Obrador.

En la marcha que convocó AMLO, según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, hubo 1.2 millones de asistentes, que acarreados o no, nos deja más divididos y más polarizados. La brecha entre chairos y fifís se convierte ahora en un realidad y deja de ser parte del imaginario.

Con su marcha, AMLO oficializó e instauró dos Méxicos: El México que marchó ayer con él, con jubilo, con covicción de que su líder moral no les ha fallado y que, con sus propios datos, desafía a cualquier encuestadora seria o cualquier reporte oficial que lo contravenga. Y, el otro México, que no tiene cabida en los planes del presidente simplemente por estar en contra de su 4T.

Con la plancha del zócalo, abarrotada o no, la marcha de Andrés Manuel López Obrador resultó ser la verdadedera marcha de la revancha. AMLO mostró músculo, y aunque los opositores y la clase media quieren ningunearla, el presidente salió más fortalecido que nunca.

Ayer, vimos marchar a esa masa ciega que, al igual que su líder político, no quiere ver la realidad del país, en la cual, de 2018 al 2022, existen 132 mil 217 asesinatos, 3.8 millones de pobres más -según el Coneval-, 63 periodistas asesinados y 330 mil 495 muertes por una pandemia mal manejada.

AMLO también movió a la clase política, convencida o no de la 4T, pero más que puesta para quedar bien con su líder, porque para ellos Morena es la única esperanza que les queda. Salvo Movimiento Ciudadano con sus candidatos salidos de las tenelovelas y el PAN, con sus luchas internas, no hay partidos con futuro.

Sí, fue la marcha del pueblo, pero también la de los políticos que han desangrado al país durante años, oportunistas, seudo pro 4T y pragmáticos como lo ex morenovallistas por convicción hoy pro amloistas por conveniencia que presumieron darse su baño de pueblo con su torta de tamal en mano.

Tan sólo el gobierno de Puebla, según el periodista Rodolfo Ruiz,  movilizó entre 10 y 15 mil peronas a la marcha. Así de grande es su compromiso, así de grande son sus ganas de que AMLO los deje poner a su candidato para las elecciones de 2024, pues saben que es la única vía para ser los elegidos, por que el pueblo no decide, decide el presidente.

La desesperanza que dejó la marcha es porque si mañana hubiera elecciones, sería el pueblo mismo el que llevaría a AMLO a la reelección. Sería el grueso de la población, la que le da del 67 al 72% de aprobación, la que estaría dando pie a que México se convierta en ese Venezuela que tanto tememos y rechazamos. Porque somos nosotros, medios de comunicación, los que nos autocensuramos porque no hemos encontrado aún la fórmula para sobrevivir sin la publicidad oficial.

La marcha de la revancha nos deja un mal sabor de boca, pero también una enorme resposabilidad para esa oposición desarticulada y totalmente vencida, que se aferra mediocremente a mantener las 5 gobernaturas que les quedan: Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro y Yucatán, y a una endeble defensa del INE, que se mantendrá firme hasta que no les lleguen al precio.

Por último, la marcha de la venganza nos deja una enorme responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas, que ante una clase política sumisa y desarticulada, son nuestros pequeños esfuerzos, los de nuestra comunidad, los que pueden darle una verdadera esperanza a México.

*Mujer, madre y periodista incluida en la lista de 100 Mujeres Líderes del periódico El Universal, máster en Periodismo por la Complutense de Madrid y licenciada en Comunicación por el ITESM. Actualmente, y hasta que el cuerpo aguante, directora de elpopular.mx