¡Ya Basta!

Todos los días miles de mujeres en el país son acosadas, padecen ofensas en donde quiera que se paran.

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Memorias del Crimen

Todos los días miles de mujeres en el país son acosadas, padecen ofensas en donde quiera que se paran, miradas lascivas desde el transporte público hasta en su trabajo, otras de ellas son despedidas de sus empleos por el hecho natural de estar embarazadas.

 

Algunas más sufren violencia familiar desde que sale el sol y hasta que se duerme su violentador, mujeres son amenazadas por sus exparejas de arrebatarles a sus hijos, que nunca los podrán ver tras el divorcio, las intimidan con abogados prepotentes.

 

Qué decir de las noticias que se imprimen en periódicos y destacan en portales informativos que dan a conocer feminicidios, mujeres que pierden la vida de manera violenta, ejecutadas por motivos que muy pocas veces se clarifican.

 

Peor aún, algunas son agredidas con ácido y sustancias corrosivas con el único objetivo repulsivo de desfigurarlas, de que no se vean bien ante la sociedad.

 

Podría continuar enumerando todas las afrentas que sufren millones de mujeres todos los días, pese a nuestro compromiso de legislar para que vivan en paz e igualdad.

 

También es un hecho que la violencia que viven las mexicanas es un tema de educación, de valores que se inculcan desde el seno familiar.

 

Por eso, desde casa se deben erradicar conceptos erróneos, principalmente en el intelecto de los hombres que los hace sentirse invencibles, superiores, machos y que tienen el derecho de hacer los que les plazca.

 

Es triste, pero sigue sucediendo.

 

Pongamos fin a eso.

 

Se debe inculcar que con sus acciones de supuesta supremacía perjudican y afectan profundamente a terceros, como sus hijos y sus parejas.

 

Todas las acciones que hemos llevado a cabo desde el Congreso de la Unión para fortalecer los derechos políticos y frenar la violencia que viven las mujeres no han sido suficientes para garantizar su bienestar.

 

Se debe reconocer.

 

No obstante, como resultado del andamiaje jurídico que hemos construído desde la Cámara de Diputados nos ha permitido que en el Poder Legislativo la paridad sea una realidad, que cada vez más mujeres ocupen cargos y responsabilidades de la más alta jerarquía y que se incrementen las penas para los feminicidas y a quien se atreva a violentarlas.

 

El camino no es fácil, pero vamos por la ruta correcta.

 

Durante todo el año 2022 diputadas de todas las fracciones parlamentarias participamos en la redacción de una Reforma Constitucional amplia e integral en materia de igualdad sustantiva.

 

 

Esta reforma busca incorporar la perspectiva de género como eje transversal de las políticas públicas, la igualdad salarial entre mujeres y hombres por trabajo del mismo valor.

 

También está la medida tres de tres contra la violencia, cuya intención es establecer la obligación de que los candidatos a cargos federales de elección popular cumplan con el requisito de no haber sido condenados o sancionados por violencia familiar, delitos sexuales o como deudores alimentarios.

 

Con ello dejaremos claro que ningún agresor debe llegar al poder, ni a ningún cargo de representación popular. Sería una vergüenza.

 

Así desde la Comisión de la Igualdad de Género y desde cualquier trinchera en la que me encuentre, no dejaré de trabajar y sumar esfuerzos para que todas las tragedias que viven las mujeres puedan ser erradicadas.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, periodismo con causa.