Alto a la discriminación laboral por embarazo
El 21.7 por ciento de las mujeres ha manifestado haber vivido alguna situación de discriminación laboral durante el último año.
Pese a todo el andamiaje jurídico que hemos construido en el Congreso de la Unión, para garantizar la igualdad de género en todos los ámbitos, las mujeres siguen siendo blanco de actos discriminatorios que vulneran su integridad y sus derechos. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se conoce que 3 de cada 10 mujeres han sufrido de violencia en el ámbito laboral al menos en una ocasión a lo largo de su vida, mientras que 2 de cada 10 han sufrido de esta modalidad de violencia durante el último año. De manera particular, resalta que el 21.7% de las mujeres ha manifestado haber vivido alguna situación de discriminación laboral durante el último año, ya que entre los casos comentados al 4% de todas las mujeres se le pidió una prueba de embarazo como requisito para trabajar o poder continuar en su empleo, mientras que al 0.6% la discriminaron por embarazarse, las despidieron, no renovaron su contrato o les bajaron el sueldo. Incluso el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), ha declarado que las quejas de discriminación laboral por embarazo representan una de las cinco quejas más recurrentes que se presentan en México. Cabe resaltar que durante el periodo de tiempo 2012 a 2021 se presentaron 825 casos de discriminación por razón de embarazo en los centros de trabajo. Sobre el ámbito en el que ocurren, el 88% de estas quejas ocurren en el sector privado, mientras que el 12% restante se han presenciado en el sector público. De igual forma, la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo ha registrado 2 mil 589 casos por discriminación laboral, representando el 19% del total de quejas de discriminación presentadas. Las mujeres embarazadas se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad al ejercer un empleo, ya que los empleadores consideran que están en una situación de desventaja para realizar sus actividades, que existe una falta de compromiso de su parte o que tienen menos tiempo para continuar con sus labores. Las prácticas que muchas veces se reproducen en el ámbito laboral resultan de las dudas de los empleadores sobre la conciliación entre la vida familiar y la laboral de las mujeres. Los elementos que influyen en la decisión de un empleador se pueden hacer presentes durante las fases previas a la contratación, durante el ejercicio del cargo y en el término de la relación laboral afectando a trabajadoras de todos los sectores económicos. La discriminación laboral por embarazo se manifiesta por medio de conductas como el hostigamiento laboral, la negación de ascenso, la disminución de salarios, la aplicación de cambio de horarios sin el consentimiento de las trabajadoras, la negación de permisos para ir al baño o sentarse, o incluso la realización de labores físicamente difíciles que ponen en riesgo su salud y la vida de las mujeres, así como de su hija o hijo. Debido a ello, urge que sea reconocida la discriminación laboral por embarazo en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia por motivos de maternidad y embarazo. En este sentido, es que propuse reformar el Artículo 10 de dicho marco normativo con la finalidad de actualizar el actual concepto de violencia laboral y docente, y reconocer que esta manifestación de violencia en razón de género también se puede ejercer cuando por algún acto u omisión se daña el embarazo del bebé de la víctima. Por otro lado, propongo adicionar un artículo 11 Bis para reconocer y definir a la discriminación laboral por embarazo como toda distinción, exclusión o restricción en contra de una mujer, en razón del embarazo, que vulnera sus derechos o de su bebé. Asimismo, promuevo a través de una reforma a la fracción III del artículo 14 de la ley, que los gobiernos de las entidades federativas, en el ámbito de sus competencias, deben promover y difundir entre la población que la discriminación por embarazo es un delito, al igual que el hostigamiento y el acoso sexual. Tambien busco que se proporcione atención médica, psicológica y legal, especializada y gratuita, así como servicios de salud mental, a quien sea víctima de hostigamiento, acoso sexual o discriminación por embarazo, e implementar sanciones administrativas para los superiores jerárquicos del hostigador, acosador o discriminador cuando sean omisos en recibir y dar curso a una queja. El embarazo, que debería ser considerado como el estado más bello y puro por el que atraviesan las mujeres, se ha convertido en un acto de discriminación y de violencia laboral que las afecta en el día a día. Nos señalan y estigmatizan sólo por traer en nuestro vientre la creación de una nueva vida. ¡No más una mujer discriminada por el hecho de estar embarazada! *Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados |
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