Ante un flagelo que afecta a niñas, niños, adolescentes y mujeres, tanto en México como a nivel mundial, no se puede ser indiferentes.

Debemos de sumar esfuerzos, sociedad y autoridades para eliminar de una vez por todas la trata de personas, considerada la esclavitud del siglo XXI.

Es inaceptable que miles de personas sean explotadas para enriquecer los bolsillos de grupos criminales que lucran con el sufrimiento y la dignidad de los seres humanos.

Las cifras son alarmantes. El número de víctimas de trata de personas en México aumentó 67.3 por ciento entre el 2020 y el 2021, según cifras recopiladas por la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC por su sigla en inglés).

En su informe mundial sobre trata de personas, la UNODC precisó que en el 2020 se contabilizaron, con base en datos proporcionados por la Secretaría de Gobernación (Segob), mil 316 víctimas del delito, mientras que para el 2021, la cifra escaló a 2 mil 202.

Entre las modalidades de explotación identificadas por organización multilateral destaca el aumento en la explotación sexual la cual pasó, en los años referidos de 982 casos a 1,305 (32.8 por ciento más), que incluyen tanto a víctimas menores como mayores de edad.

De acuerdo con los datos, otra modalidad en donde aumentaron las víctimas fue la mendicidad forzada, con un alza de 47 por ciento al pasar de 59 a 87 víctimas; el trabajo forzado subió 175.3 por ciento con 231 casos en 2020 y 636 en 2021.

Es por ello, que en el marco del Día Internacional Contra la Trata de Personas que se conmemoró el pasado 30 de julio debemos tomar conciencia de este lamentable delito que afecta a niñas, niños, adolescentes y mujeres de todo el país.

Tenemos la responsabilidad de visibilizar este fenómeno e implementar acciones preventivas para erradicar esta nueva modalidad de esclavitud.

La trata de personas es uno de los delitos que ha causado mayor agravio a la sociedad, ya que vulnera de manera directa la dignidad humana, así como un sinnúmero de derechos de quienes la padecen, como lo es la libertad, integridad, seguridad, entre otros.

El primer paso, es romper el con la indiferencia que tenemos como sociedad.

Las modalidades de trata de personas comprenden la esclavitud, la condición de siervos, la prostitución y otras formas de explotación sexual, la explotación laboral, el trabajo o servicios forzados, la utilización de menores en actividades delictivas, la adopción ilegal de personas menores de 18 años, el matrimonio forzoso o servil, el tráfico de órganos tejidos y células, y la experimentación biomédica ilícita en seres humanos.

Debemos estar alertas y denunciar cualquier sospecha que se tenga de que una persona pueda estar siendo víctima de trata.

La trata es ese crimen silencioso que arrebata la libertad, la voz y la dignidad de las personas.

Alcemos la voz y digamos ¡Ya basta con la trata!