Proteger la libertad de expresión y el derecho a la información es una tarea de todas y todos

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El pasado 6 de noviembre, la UNESCO presentó un plan de acción para regular las plataformas de redes sociales y poner un alto a la desinformación y el discurso de odio en línea, lo que constituye, en palabras de su Directora General, Audrey Azoulay, una gran amenaza para la estabilidad y la cohesión social.

Para entender esa problemática, se dieron a conocer los resultados de extensas consultas mundiales, que subrayan la urgente necesidad de erradicar esos fenómenos. Por ejemplo, el 85% de las y los ciudadanos encuestados en 16 países que celebrarán elecciones en el año 2024, manifestaron su preocupación por el impacto de la desinformación en línea, al señalar que las plataformas se han convertido en la principal fuente de información para la gran mayoría de ellos.

Asimismo, el 87% de las más de 8 mil personas encuestadas consideró que la desinformación ha tenido un impacto importante en la vida política de su país, por lo que externaron temor a que sea una causa que influya en los resultados de las elecciones del próximo año. Ante ello, el 88% manifestó la urgencia para que gobiernos e instancias reguladoras lo resuelvan aplicando consideraciones regulatorias concretas a las redes sociales.

En esta coyuntura, la hoja de ruta de la UNESCO en la que se describen los principios a observar y las medidas a implementar para regular las plataformas de redes sociales, consideró, además, disposiciones particulares para la protección especial de niñas, mujeres y personas usuarias de grupos en situación de vulnerabilidad y marginación, así como para aquellas personas que puedan estar en riesgo por el ejercicio de la libertad de expresión y de acceso a la información: tales como periodistas, personas defensoras de los derechos humanos, artistas y activistas ambientales.

Lo anterior, pues se ha identificado que estos grupos de población son particularmente vulnerables a discursos de odio, al acoso, hostigamiento, vigilancia y violencia en el entorno digital. En ese sentido, a través de este Plan se insta a las plataformas a llevar a cabo diversas medidas que solventen estas problemáticas, entre las que podemos destacar: las evaluaciones de impacto en materia de derechos humanos y género, y el uso de tecnologías para la protección de la privacidad.

No obstante, es relevante destacar que, las acciones propuestas por este organismo internacional, a través de su Plan de Acción no sólo atañen a los gobiernos, a las plataformas e instancias reguladoras, sino también incluyen medidas que la sociedad civil y los medios de comunicación pueden llevar a cabo. Ya que se considera firmemente que, para salvaguardar la libertad de expresión, el derecho de acceso a la información y otros derechos humanos, se debe combatir la desinformación y el discurso de odio mediante la participación de todas las partes interesadas.

Es así que las Directrices para la gobernanza de las plataformas digitales de la UNESCO reafirman el importante papel de la sociedad civil para tender puentes de entendimiento entre el ecosistema de la gobernanza digital y la población en general. Debido a que participa de manera decidida en la vigilancia de leyes y políticas que podrían vulnerar los derechos humanos. Asimismo, en esta iniciativa se busca reconocer la labor de los medios de comunicación e instancias que verifican la información, pues además de la noble función informativa, también desempeñan un rol clave en la promoción de la libertad de expresión, el acceso a la información y otros derechos humanos.

En la coyuntura en la que nos encontramos resulta prioritario implementar medidas para contrarrestar la desinformación y los discursos de odio en línea, pues es clave para consolidar un espacio digital en donde se garanticen los derechos y las libertades fundamentales de todas y todos. Mucho más ante el contexto del Proceso Electoral Federal 2023-2024, en el que contar con información fidedigna y de calidad será fundamental para la toma de decisiones y la participación de la ciudadanía, más aún, en los espacios digitales que tienen un impacto  crucial. De ahí la importancia de sumarnos y crear mayor conciencia sobre los desafíos que enfrentamos ante la desinformación.

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