Un país de fosas y restos humanos
Un descubrimiento que horroriza, duele y refleja el verdadero rostro de un país convertido en un cementerio de fosas lo dieron a conocer este fin de semana las Madres Buscadoras de Sonora, representadas por Ceci Flores Armenta quien a través de sus redes sociales confirmó un hallazgo de 19 fosas con restos humanos.
El macabro descubrimiento lo hicieron camino al ejido El choyudo, perteneciente a Hermosillo, Sonora.
La detección de estas fosas refleja la violenta realidad de un país que se ha empeñado en invisibilizar no sólo la violencia, sino también las cifras reales de personas desaparecidas en las últimas décadas, que vergonzosamente superan las 100 mil.
“Ni justicia, ni venganza” es la frase aterradora con la que Ceci Flores sigue abanderando la búsqueda de sus tres hijos y de muchos más desaparecidos cuyas madres sólo quieren encontrarlos vivos o muertos, pero dar con ellos.
Mientras decenas de mujeres agrupadas en colectivos como el de Madre Buscadoras de Sonora que fue con el que se inició la búsqueda de miles de desaparecidos en el norte del país, el gobierno de México ignora el trabajo de estas organizaciones no gubernamentales, incluso ridiculiza un trabajo que hacen arriesgando sus vidas.
Las madres buscadoras han reiterado los llamados a las organizaciones delictivas para que no las maten y las dejen seguir en la búsqueda de sus hijos.
Este capítulo en la guerra de violencia que se vive en México es sumamente doloso frente a la respuesta de un gobierno insiste en ignorar las muertes y desapariciones de miles de personas.
Convencida en continuar arriesgando la vida para hallar a sus hijos, Ceci Flores advierte que intensificará las búsquedas al lado de decenas de otras madres que se han sumado a este colectivo, con la única finalidad de encontrar a sus familiares.
Mientras las Madres buscadoras de Sonora dan a conocer el macabro hallazgo de las 19 fosas con restos humanos, el gobierno del Presidente Andrés López Obrador ignora las evidencias de una cruenta guerra interna que hoy se libra en México entre los diferentes frentes del crimen organizado.
Para estas mujeres que van en busca de algún indicio del paradero de sus hijos, la politiquería la hacen a un lado, sobre todo cuando el dolor de estos hallazgos es la mejor prueba de la impunidad y la orfandad en que se encuentran miles que no se rinden y que seguirán en la búsqueda de sus desparecidos.
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