¿No conoce usted la Atenas de la Mixteca?
Una muestra de unidad y progreso en la cuna del Movimiento Antorchista Nacional, que este año celebra 50 años de lucha contra la pobreza en México
La tarde de este domingo 11 de febrero inicia la “Feria Tecomatlán 2024: la feria de la unidad entre los pueblos” en la cuna del Movimiento Antorchista Nacional, organización que este año cumple 50 años de lucha contra la pobreza en México. La feria es una muestra contundente de lo que un pueblo en desarrollo constante logra, gracias a la unión y lucha diaria de sus habitantes. Así, del 11 al 18 de febrero, los tecomatecos y los antorchistas invitan a todos los mexicanos, poblanos y mixtecos, a una semana de arte, cultura, tradiciones, deporte, espectáculos, jaripeos y bailes con las mejores bandas del país. Por encima de todas las ferias del país, la Feria Tecomatlán tiene varias cosas que la hacen excepcional y, desde luego, mejor. La primera de ellas es que la semana de feria y todo lo que se presenta en ella es el resultado de un año de trabajo de todos los tecomatecos progresistas, el ayuntamiento, de los antorchistas y de los jóvenes de las escuelas, para reunir los recursos económicos para pagar todo lo que implicará la semana de festejos: se hace actividades económicas, rifas, bailes, ventas los domingos, colectas intensivas y cualquier actividad legal que reúna suficiente dinero (varios millones de pesos), porque gracias a eso se contrata a todos los grupos de banda (como “El fantasma”, Grupo Pesado o Virlán García), a las mejores ganaderías del país para los jaripeos, a los grupos folclóricos de varios estados del país y a los espectáculos de moda para que todos puedan asistir sin pagar un solo peso. Es decir, la feria es gratuita. ¿Dónde más han visto ustedes eso? ¿En qué ciudad importante la feria es gratis? ¿En qué feria no cobran la entrada al baile o la entrada al jaripeo? ¡En ninguna! ¡Eso solo lo hace Antorcha! El comité organizador, con la participación económica de todos los tecomatecos, dentro y fuera del municipio, así como de los antorchistas a nivel nacional, logra que todos los eventos sean gratuitos. La segunda característica es que el pueblo se une para lograr que “Teco”, como le decimos de cariño esté a la altura o sea superior a cualquier ciudad importante del mundo para recibir a los visitantes a la feria. “Nos referimos al trabajo de los habitantes para mantener limpia y bella la cabecera municipal. No solo es que cada vecino asea el área propia de su casa habitación, y los servicios de limpia y jardines de la presidencia, riegan, deshierban, podan y barren todas las áreas de jardines, es que se forman brigadas con los pobladores de los distintos barrios, con personal del ayuntamiento, o del hospital, con alumnos y docentes de las escuelas para realizar auténticas faenas de limpieza general para mostrar a los visitantes la mejor cara de Tecomatlán”, escribió Rosa María Dávila en un texto reciente titulado “Trabajo en equipo: el secreto del éxito de la Feria de Tecomatlán”, publicado en el portal contigopuebla.mx. Este trabajo colectivo, desde luego que corona la belleza de la cuna de Antorcha, lograda con la lucha de muchos años en los que se ha conseguido una infraestructura impresionante en “Teco”. Antes de 1970, Tecomatlán era un pueblo sumido en la miseria, víctima de un cacicazgo sanguinario y retrógrada. Los caciques sabían que su control provenía de la desunión de los pobladores y de su ignorancia. Tras una dura y valiente lucha, en 1974 los pobladores organizados en Antorcha Campesina se alzaron con la victoria en las elecciones por la Presidencia. Los sicarios en venganza asesinaron a varios campesinos y líderes del antorchismo. Ya con la presidencia, el municipio comenzó una era de progreso, gracias a la organización y politización. Tecomatlán tiene una Unidad Deportiva con estadio de futbol, estadio de beisbol, cuatro canchas de basquetbol y cuatro de voleibol, una pista de tartán, así como un balneario con alberca olímpica, una Casa de Cultura de siete niveles, una Plaza de Toros con capacidad para 15 mil espectadores, un auditorio municipal con capacidad para más de mil 200 personas, un Hospital Integral que atiende a los tecomatecos, a los oaxaqueños, guerrerenses y de otros estados que conocen de su eficacia, unidades habitacionales para la población, un imponente y hermoso arco de entrada, casi todas sus calles pavimentadas y casi el 100% de los servicios básicos cubiertos para sus habitantes. Y actualmente se termina un gigantesco teatro, que coronará el trabajo artístico de Antorcha. Es una población sin delincuencia y no hay cárcel. Todos los que deseen tienen trabajo para ganarse el sustento de su familia. Es tan ejemplar, que en 2013 fue considerada como una de las 25 mejores ciudades del mundo por el “City to City Barcelona FAD Award”, que es un concurso internacional. Antes de Antorcha, solo había una primaria y ahora existen 28 escuelas: ocho son preescolares, nueve primarias, seis escuelas de nivel secundaria, tres bachilleratos y dos escuelas de nivel superior. Todo mundo puede estudiar y no hay sobresaturación en los salones, para que los jóvenes puedan desplegar todas sus capacidades académicas, científicas, artísticas y deportivas. En cada una de las nueve comunidades de Tecomatlán existen kínderes y primarias. Y en la cabecera está el Elucom para los más pequeñitos, que los prepara para el Jardín de Niños “General Gabino Lozano Sánchez”, la Primaria Oficial “Miguel Hidalgo”, la Secundaria Técnica No. 16, el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 110 “Luis Córdova Reyes”, la Escuela Comercial “Carmen Serdán”, la Escuela Normal con seis especialidades, y el Instituto Tecnológico de Tecomatlán (ITT), que ofrece tres carreras: ingeniero en sistemas computacionales, licenciado en gestión empresarial e ingeniero agrónomo, con especialidades en zootecnia y fitotecnia. El antorchismo y la FNERRR ofrecen “Casas del Estudiante”, que son albergues para que los jóvenes humildes puedan vivir mientras cursan sus estudios, porque la oferta educativa popular ha provocado que cada año cientos de jóvenes busquen a Tecomatlán como una opción para hacer su vida académica: hijos de obreros y campesinos de varios estados del país llegan cada año a vivir y a estudiar en la ciudad modelo de Antorcha. No satisfechos con el descomunal trabajo que implica atender a los cerca de 2 mil 300 estudiantes de todos los niveles y escuelas de Tecomatlán, y con la idea de que un mundo mejor es posible si educamos a los hijos del pueblo trabajador para que desentrañe las causas profundas de su pobreza y la desigualdad social y se convierta en un ser crítico y actuante en el cambio que México necesita, Antorcha, la FNERRR y el H. Ayuntamiento crearon la Villa Estudiantil, que es la mayor casa de estudios del país pensada para los hijos del pueblo. Los mueve la idea de pensar que un pueblo educado es capaz cambiar la injusta distribución de la riqueza. Un informe de la Cepal dice que México está “entre los 20 países más ricos del mundo, pero también es considerado como parte de las 15 naciones que padecen más hambre en el globo”. El pueblo trabaja, pero no tiene para comer. En Tecomatlán estamos preparando a los líderes del pueblo que pelean y pelearán contra esa explotación y desigualdad. ¿No conoce usted Tecomatlán? ¿No conoce usted la Atenas de la Mixteca? ¡Vaya usted a la feria y conozca el trabajo del antorchismo. Le aseguro que, como yo y cientos de miles más, entenderá que un mejor país es posible y que Antorcha sabe cómo lograrlo. Vamos a ‘Teco’, vamos a su feria. No se va a arrepentir. |
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