Suena la campana y nos salva del nocaut que la vida estuvo a punto de propinarnos. El “Perro” Domínguez es el protagonista de Dónde estabas tú de Edgar A. Contreras, texto que obtuvo el Premio Nacional de Novela Ignacio Manuel Altamirano 2022 y que nos relata la forma en la que el protagonista busca a su hija Fernanda, una chica que ha desaparecido y cuyo rastro se esfuma en la puerta de uno de los hombres más ricos de Sonora.

El inicio de la novela no podría ser más doloroso: acudimos al rastreo que hacen las madres buscadoras para localizar a sus hijos desaparecidos y que, quizá, el cuerpo de Fernanda esté enterrado en el desierto: se entierra una varilla la cual tiene en una de las puntas un triángulo que sirve para sacarla de la arena donde se hunde. Posterior a ello, el olfato es el sentido que funciona como alerta para dar con aquello que se encuentra en el subsuelo y saber si hay un cuerpo descomponiéndose debajo de la arena.

¿Cómo es buscar a las personas que amamos en el desierto? Esa inmensidad que prácticamente se compara con la nada, ¿por dónde empezar? Así, el “Perro” Domínguez se une al grupo de las madres buscadoras de Sonora para buscar a Fernanda.

Sin embargo, poco a poco irá alejándose de ellas pues las huellas de su hija han dejado un rastro envuelto en corrupción, impunidad y fiestas con excesos incluidos.

El estilo narrativo de Contreras nos hace enfrentarnos a varias crudezas de la vida: la desaparición de una hija se suma a la pérdida del equilibrio, de la cordura y de la esperanza. El “Perro” Domínguez es un padre ausente, borracho y que siempre se detuvo en la línea que dividía a los grandes boxeadores de aquellos que forman parte del montón. Extraviado por la gloria rápida y los aplausos falsos, Domínguez creyó que su agilidad le duraría para toda la vida y, en la novela, se demuestra que la juventud no es para siempre.

Dónde estabas tú es una novela negra que nos permite tener respiros en la historia cuando aparece el oficial Delfino Marín, la antípoda del “Perro” Domínguez: mientras más se acerca al caso de la desaparición de Fernanda se dará cuenta de que no son tan distintos.

Marín está a unos meses de retirarse y sabe que no puede cometer errores que le cuesten toda una vida de servicio, sobre todo porque el crimen no paga y cobra cada error, cada movimiento. Edgar A. Contreras diseñó muy bien a este personaje que no es alguien que lo sepa todo, ni siquiera es el más guapo ni el que tiene una moral incorruptible, por el contrario, Marín es un alburero, sabe moverse en las zonas oscuras de la sociedad, entra y sale de prostíbulos como por su casa y lo mismo le encanta la Marimba Cuquita que Bienvenido Granda.

Pronto, el “Perro” y Marín se darán cuenta de que Fernanda no era una mujer ejemplar y que vivía en un mundo de drogas y excesos, sin embargo, Edgar A. Contreras nos plantea un dilema moral: el hecho de que Fernanda sea una escort metida en el mundo de las drogas y en la prostitución con prácticas sexuales hardcore, ¿eso permite que cualquier persona pueda arrebatarle la vida? ¿El juicio sobre la conducta de Fernanda no es una revictimización sobre una mujer?

Esta toma de consciencia llevará a los personajes a elegir la justicia por propia mano, amparada por la justicia que la policía puede ejercer, haciéndose de la vista gorda, lo que llevará al “Perro” Domínguez a enfrentarse a la pelea de su vida.

El título Dónde estabas tú de Edgar. A Contreras puede funcionar como un reclamo: el de Fernanda hacia su padre por una vida de abandono, y al mismo tiempo puede servir como un rezo durante la búsqueda, un hierro candente al cual asirse con la esperanza de ver que nuestros desaparecidos están por llegar.

Esta novela es desgarradora y nos da una bofetada para recordarnos un número: en mayo de 2022, la ONU reconoció que en México se alcanzó la cifra de 100,000 personas desaparecidas.

El resto es literatura.

Dónde estabas tú de Edgar A. Contreras. (Premio Nacional de Novela Ignacio Manuel Altamirano 2022). Nitro Press, 2023.

Colofón

El domingo 24 de marzo concluyó la Feria Nacional del Libro de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 2024 y algunos de los números que arrojó fueron: 68 mil visitantes, 127 stands; se llevaron a cabo 420 actividades, de ellas, 230 fueron presentaciones de libros y se impartieron 60 talleres, además de 45 charlas sobre lectura, según los números en las redes sociales de la FENALI.

También se realizaron las Jornadas Necropsia, es decir, charlas sobre novela negra; se presentaron los libros más recientes de las Colecciones Ficción Express y Extra(e)ditados; asimismo se presentaron 3 libros de la Colección Contemporáneas, colección que publica libros de cuentos de escritoras mexicanas. Estos números suman, sin duda alguna, a romper un poco la cifra de que en México se leen 3.5 libros al año.

Me despido como decía el maestro Ibarra Mazari: ya mis burros van lejos, voy y vengo.