El nuevo partido hegemónico en México

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Los resultados oficiales de la elección del dos de junio son contundentes, incluso superiores a los alcanzados en 2018 por el todavía presidente López Obrador.

Sorprendida por los resultados, ¡sí claro! como muchos, como muchas, incluso como los mismos que ganaron, sin embargo, podemos coincidir o no con el proyecto de gobierno

propuesto; el mandato del voto obtenido es irrefutable.

Tampoco por supuesto debemos ignorar el contexto en el que se desarrolló esta elección considerada como la más violenta de la historia, campañas adelantadas, inequitativas, gobiernos parciales, intromisiones del gobierno federal, violaciones constantes a la normativa electoral y muchas más que fueron documentadas y atestiguadas. La pregunta sería ¿todo esto quedará impune?

No obstante, para mí es inentendible cómo es que volvieron a obtener el triunfo en entidades federativas que han tenido muy malos, por no decir nefastos gobiernos, -así documentado- tan sólo dos ejemplos Morelos y Veracruz vecinos nuestros; o que el porcentaje oficial de participación ciudadana nacional fuera menor que en la elección del 2018, cuando todas, todos vimos largas filas esperando por votar, incluso al cierre de casillas.

¿Qué sucedió? ¿Qué no vimos? Los análisis de los resultados finales tarea indispensable a realizar por los partidos políticos opositores y por los académicos nos permitirán algunos hallazgos.

En el estado de Puebla el partido oficial y sus aliados también obtuvieron un triunfo avasallador, desde la presidencia de la República, pasando por Senadurías, Diputaciones federales y locales “carro completo” y aunque faltan todavía conocer cómo quedarán los 217 municipios, está claro que los principales también serán gobernados por esta coalición oficial de partidos.

¿Qué factores incidieron? Algunos primeros apuntes nos llevan a que tal vez las candidatas y candidatos postulados por los partidos políticos opositores no fueron en su mayoría los perfiles adecuados para contender en esta elección de manera que eran tan pocas las opciones, que las personas decidieron votar por el menos peor. Que influyó el alto desprestigio -probado por supuesto- que cargan varios personajes de los partidos políticos que formaron la coalición opositora.

Que se aliaron sólo para repartirse posiciones. Que muchos actores y actoras políticas del PRI se fueron a Morena, ocuparon posiciones en las estructuras de las campañas y muchos fueron sus candidatos/as. Que no se entiende aún que es eso de las coaliciones y como es que pueden unirse para contender juntos partidos políticos otrora adversarios; pero también que diversos sectores de la población se sintieron incluidos, reconocidos, apoyados, representados y sintieron tener mejores oportunidades de vida y de desarrollo en este sexenio; o que la ciudadanía cuidó la continuidad de los programas sociales.

Mucho que revisar aún.

Todo un sacudimiento político que provocará más reacomodos al interior de los partidos políticos que espero sirva para hacer una auto crítica y reconstruirse como alternativas para presentarse en futuras elecciones.

Confieso sentimientos encontrados respecto de la figura ganadora de la presidencia de la República, la Dra. Claudia Sheinbaum.

Por un lado, estoy feliz y celebro que por fin una mujer llegue a ocupar el cargo, hasta hace pocos años impensable, cobra vida la lucha de las Sufragistas que culminó hace 71 años al reconocerse el derecho de las mujeres a votar, pero también a ser electas y la aportación de las Paritaristas que hace diez años logramos con la inclusión de este

Principio en la Constitución los números que hoy alcanzan las mujeres en este país. Feliz al ver las boletas llenas de nombres de mujeres. No hay duda es un momento histórico, y haber contribuido a ello como tantas otras mujeres es un privilegio.

En contraparte pienso en los retos mayúsculos, porque los problemas existen, ahí están, las cosas no están bien en muchas materias, en salud, en educación, la inseguridad, las desapariciones, la violencia y hay inconformidad por el estado que guardan, por ello me preocupa que no haya contrapesos en las Cámaras, preocupación también demostrada por los mercados, los retrocesos que puede provocar la falta de equilibrios y la falta de

Estado de Derecho y de certezas jurídicas es preocupante.

Y esto me lleva a desear que pronto la presidenta Sheinbaum diseñe su estilo personal de gobernar y defina su independencia respecto de su antecesor, y surgen muchas preguntas aún sin respuestas. ¿Estará dispuesta a respetar la autonomía e independencia de las instituciones, a fortalecer la democracia, a avanzar en la agenda feminista, a cambiar esa narrativa de polarización, división, insultos, agravios, instalada en el actual sexenio?

¿restablecerá el diálogo político aun en los disensos?

Los primeros guiños los vamos a poder observar en el mes de septiembre.

En funciones el presidente López Obrador, electa la presidenta Sheinbaum ¿Qué papel asumirá a la llegada de la nueva Legislatura del Congreso de la Unión el 1º de septiembre?

¿intervendrá para tranquilizar al todavía presidente López Obrador y por lo visto a otros tantos actores políticos como nuestro paisano senador electo Ignacio Mier? ¿Podrá incidir

para detener las muchas absurdas reformas pendientes de aprobar? porque hay que convencer a los mercados que van a tener certeza jurídica, que habrá estabilidad macroeconómica y Estado de Derecho; ya lo vimos el mismo 3 de junio, nerviosismo en los mercados, la Bolsa Mexicana de Valores perdió el 6%, el tipo de cambio se devaluó, seguramente en la lista de inversionistas, México puede quedar fuera, porque un Estado  de Derecho y certezas jurídicas son importantísimas para los inversionistas. Riesgo para el país.

Un punto importantísimo más que hay que observar es que Morena y el gobierno por lo que hemos visto en todo este tiempo, es muy dado al uso tramposo de la ley, así que la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión es una tentación para ellos.

El “carro completo” también obtenido en Puebla pasa por considerar el clima político que hemos vivido en nuestra entidad. Seis años, seis gobernadores/a. Incertidumbre, preocupación, y todas las consecuencias políticas y de desarrollo que se vieron afectadas, eso habla de apurar el paso para recuperar el desarrollo de nuestra entidad cumpliendo con los compromisos contraídos y sin olvidar adoptar la Agenda feminista para el estado de Puebla, ya que tooodas las acciones de gobierno atraviesan a las mujeres.

Yo he sido priista desde 1974 cuando me inicié haciendo “pininos” como militante desde entonces, no puedo dejar de sentir una gran tristeza al ver como ha venido deteriorándose este partido político hasta llegar a que en esta elección la ciudadanía decidió colocarnos en quinto lugar, obtener menos de 200 mil votos, solo 7 municipios de 217 ganados, la destrucción provocada es evidente y es una vergüenza, por el valor histórico que el PRI que tiene en la construcción de México, les guste o no les guste.

¡Decepcionante escuchar a la dirigencia decir a manera de justificación -creo- que “lo importante es no haber perdido el registro” ¡Increíble! ¡Patético! ¡Vergonzoso!

La victoria del partido político Morena es contundente, lo convierte en el nuevo partido hegemónico en México encaminándose también a ser un partido de Estado.

Por ello sin duda una nueva historia empezará a escribirse.

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@rgolmedo

Palabra de Mujer Atlixco

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