La impunidad de Irene

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Memorias del Crimen

La ejecución y feminicidio de María del Socorro Barrera Sánchez, la tarde del pasado jueves, en Izúcar de Matamoros, marca con este grave antecedente a un territorio que sigue muy caliente por los niveles de violencia que ahí se siguen suscitando.

El asesinato de quien además de responsable de la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia en ese municipio era testigo protegida en el caso de las periodistas Michelle y Natalí Hoyos, quienes fueron torturadas, abusadas y privadas de su libertad por elementos de seguridad pública del Ayuntamiento de Izúcar de Matamoros en marzo del 2023, es sumamente doloso.

Este caso va hilando acciones de abuso de poder e impunidad que conducen a la Presidenta Municipal morenista Irene Olea cuya gestión ha estado marcada por los excesos y la falta de sensibilidad social para responder a las serias acusaciones que sobre la violencia y violación a los derechos humanos de las periodistas, se cometieron por empleados de su administración.

El feminicidio de la testigo protegida en el caso de las dos periodistas debe colocarse en alerta, sobre todo por el riesgo que enfrentan las víctimas ante la ejecución de quien este lunes habría de comparecer en el proceso que se sigue sobre el caso.

Después de los lamentables acontecimientos, es urgente garantizar seguridad a las dos periodistas que de manera valiente siguen firmes con su denuncia, en un proceso en el que solo han mostrado, la barbarie policiaca al servicio de una

Presidenta Municipal que se ha negado a reconocer la impunidad que priva en el territorio que gobierna.

Los silencios también comunican sobre todo cuando las autoridades estatales intentan invisibilizar un hecho atroz, donde de fondo, existió abuso, violencia y tortura en contra de dos periodistas que solo estaban cumpliendo con su labor informativa.

La pregunta para Irene Olea es hasta cuándo reconocerá que su administración ha sido un verdadero desastre plagado de inseguridad, donde hoy en día los grupos delincuenciales han sentado sus reales, en un territorio que es tierra de nadie.

El feminicidio de Socorro Barrera Sánchez índica no se trató de un asalto como inicialmente se intentó difundir. Fueron nueve detonaciones las que le arrebataron la vida, dejando a un sobreviviente que puede ser clave para lo que venga.

Ningún ataque puede ser minimizado y mucho menos invisibilizado con argumentos poco creíbles como el que la Presidenta Municipal de Izúcar intentó difundir al declarar que desconocía a la víctima como testigo protegida en el caso de sus denunciantes, las periodistas Hoyos.

La morenista está en el reflector del activismo nacional que dará puntual seguimiento para reforzar la protección a las periodistas víctimas de las agresiones policiacas.

Irene Olea emerge, así como una gobernante que está muy lejos de tener el sensor para reconocer que en su territorio hoy gobiernan otros. Al menos así lo muestran los últimos acontecimientos.

@rubysoriano @alquimiapoder

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