Los retos que implica para México la fórmula republicana de Donald Trump y JD Vance.
JD Vance en un principio fue un detractor de Trump. Sin embargo, esto cambió en 2022, cuando recibió el apoyo del expresidente para su carrera por el Senado.
El candidato a la presidencia Donald Trump, eligió al senador de Ohio, JD Vance como candidato a la vicepresidencia en la fórmula del Partido Republicano para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en Estados Unidos. JD Vance de 39 años tiene una historia que resulta familiar a la de Barack Obama: un jóven graduado en Derecho por una universidad de la Ivy League, con una historia de superación, que logra incorporarse en el Senado y posteriormente, en la conversación de la política nacional. Vance ganó popularidad tras la publicación de “Hillbilly Elegy”, su libro sobre la pobreza en la sociedad blanca de Estados Unidos; por lo que se espera logre conectar con los votantes blancos de clase trabajadora de los estados que forman el “Rust Belt”, y que perdió Hillary Clinton en las elecciones de 2016: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Ohio, Illinois y Misuri. JD Vance en un principio fue un detractor de Trump. Sin embargo, esto cambió en 2022, cuado recibió el apoyo del expresidente para su carrera por el Senado, desde entonces, ha promovido causas de la extrema derecha republicana, está en contra del acceso al aborto, rechaza el apoyo de Estados Unidos a Ucrania en la guerra contra Rusia, y apoya la retórica de Trump en el tema de migración. Trump eligió a JD Vance por encima de otros posibles candidatos repúblicanos como Nikki Haley, con quien habría atraído a cierto porcentaje del electorado femenino, o Tim Scott, con quien podría haber aprovechado un impulso entre la comunidad afroamericana, porque lo que buscaba Trump era un vasallo febril, que lo siga de manera irracional para que le ayude a conseguir las masas que aún no le profesan fidelidad. Además de que Vance, cuenta con el apoyo de poderosos ejecutivos de la industria tecnológica como Peter Thiel, Elon Musk y David Sacks. Asimismo, el nombramiento de JD Vance, consolida los vínculos entre la agenda de Trump y el ultraconservadurismo del Proyecto 2025, promovido por la Fundación Heritage, quien también apoyó a Vance para que fuera electo vicepresidente, porque lo ven como la persona que puede consolidar el “Make America Great Again” (MAGA), como una columna vertebral del Partido Repúblicano del futuro. Por eso, es tan trascendente la decisión haber elegido a JD Vance, porque más que un eventual vicepresidente, el ultraconservadurismo trumpista eligió a su sucesor. Por su parte, el Proyecto 2025 es un manual elaborado por la Heritage Foundation, el más influyente centro de pensamiento ultraconservador en Estados Unidos, para conformar la posible administración de Donald Trump. Este proyecto considera a México como un Estado fallido, que ha perdido su soberanía por los carteles criminales. Y, para hacer frente al problema de la migración e inseguridad, plantea la participación de las fuerzas armadas estadounidenses, el regreso del programa “Quédate en México”, una deportación masiva y la culminación del muro fronterizo. Trump y Vance comparten visiones proteccionistas hacia el entorno global. Si Trump hubiera elegido a alguien con una postura más tradicional en política exterior como la exembajadora ante la ONU Nikki Haley, los aliados de Estados Unidos podrían haber confiado en que, el Partido Republicano podría regresar hacia una "solidaridad transatlántica". En cambio, Vance pone fin a las esperanzas de que Trump suavizará su postura en política exterior de resultar reelegido. Específicamente, para México, Trump y Vance no son unos aliados fáciles, ambos se han pronunciado con un tono de no negociación ni de buen entendimiento político. Vance ha mostrado interés por establecer un arancel del 10% a las importaciones mexicanas. Mientras que Trump, está interesado en llevar la revisión del T-MEC en 2026 hacia una renegociación en temas energéticos y laborales. Frente a un posible triunfo de los republicanos, la revisión del T-MEC no sería sencilla, por lo que los interlocutores de México con Estados Unidos tendrían que ser más que el futuro canciller, Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard como próximo Secretario de Economía, tendrían que moverse empresarios y demás cabilderos para tratar de atemperar los animos de Trump como posible presidente. En cambio, el diálogo para México resultaría más estable frente a un triunfo de los demócratas, ahora con mayores posibilidades con Kamala Harris como candidata a la presidencia. No obstante, México debe estar preparado para ambos escenarios. |
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