El INAI trabaja por las personas y sus derechos
En México, el INAI es la instancia responsable de garantizar esos dos derechos fundamentales, cuya relevancia para la vida social y democrática es indiscutible.
Los derechos humanos de acceso a la información pública y de protección de datos personales son herramientas que promueven la participación activa e informada de las personas en la vida pública. Su ejercicio es una vía que favorece el goce de otros derechos, como los relativos a la educación, la salud, la identidad, a un medio ambiente sano, entre muchos otros. En México, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es la instancia responsable de garantizar esos dos derechos fundamentales, cuya relevancia para la vida social y democrática es indiscutible. Podemos asegurar que el derecho a saber es formador de ciudadanía, porque, a través de su ejercicio, las personas adquieren conocimiento que las habilita para proponer soluciones a los problemas tanto comunitarios como individuales, tomar decisiones más informadas, participar en las acciones gubernamentales y exigir que sus autoridades rindan cuentas. Para resaltar el valor de ese derecho debemos recordar que su nacimiento es una conquista social, íntimamente ligada al fortalecimiento de la democracia y al empoderamiento ciudadano. Su reconocimiento constitucional brinda certeza de que la máxima publicidad es un mandato indelegable. Pero, además, se requiere de instituciones que hagan efectiva la garantía de ese derecho. Es ahí donde la labor del INAI ha tenido impactos positivos para las personas y sus comunidades. La utilidad del derecho a saber se ha potenciado gracias al periodismo de investigación, generando una sinergia virtuosa que ha permitido dar a conocer hechos que en el pasado permanecían en silencio y en la opacidad; lo que ha hecho visible la urgencia de implementar mayores controles para prevenir y castigar casos de corrupción y el uso indebido del poder público. Por lo anterior, la continuidad de una institución que está del lado de la gente, de sus historias y sus necesidades es indispensable para seguir cambiando paradigmas y para promover que lo público sea cada vez más público. Como he señalado en otros espacios, estoy convencida de que no hay democracia si las personas no pueden conocer los motivos y fundamentos de las decisiones públicas. Desde su creación —como IFAI— el INAI ha resuelto la apertura de la información que las autoridades habían pretendido mantener fuera del conocimiento de la sociedad. El Instituto nunca ha pretendido ejercer otras acciones que no le corresponden; sus funciones son claras: no somos responsables de investigar o perseguir delitos, ni de juzgar o emitir sentencias, nuestra labor es la de garantizar las necesidades de información de los individuos que han recurrido a las autoridades en busca de respuestas, impulsando el conocimiento de lo público y asegurando el derecho a saber de todas y todos. El INAI es un referente internacional por la amplitud de sus funciones y la solidez que le da su autonomía constitucional. En nuestro país esta naturaleza jurídica nos ha permitido asegurar que la gente cuente con una instancia que se pone de su lado, que la protege y le brinda acompañamiento. Somos de la sociedad y nos debemos a ella. @bl_ibarra |
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