Disminución de la jornada laboral será una realidad.
Para que México continúe por la ruta del cambio y se siga fortaleciendo en el tema económico, seguiremos aprobado reformas que beneficien a la fuerza laboral del país.
Durante el actual período ordinario de sesiones, que concluye en diciembre, debemos empujar la reforma para que disminuya la jornada laboral de 48 a 40 horas a la semana, con la finalidad de que se garanticen dos días de descanso por cada cinco días trabajados. Con esta enmienda, además de beneficios a la salud y el bienestar de los trabajadores, también promete un impacto positivo en la productividad, creatividad y satisfacción laboral, como ha ocurrido en países de Europa y Asia donde se ha implementado. Significa una oportunidad para que las empresas se encaminen hacia un entorno laboral más equilibrado y favorable para sus trabajadores, lo que sin duda impactará en mejores resultados económicos para ambas partes y en beneficio del país. Son múltiples los beneficios al probarse una enmienda para disminuir la jornada laboral: Mejor Equilibrio entre el Trabajo y la Vida Personal: Los empleados dispondrán de más tiempo para dedicar a actividades fuera del trabajo. Mayor Flexibilidad Horaria: Con jornadas laborales más cortas o esquemas de trabajo flexible, los empleados pueden adaptar su horario laboral a sus necesidades individuales. Mejora en la Salud y el Bienestar: Más tiempo libre fuera del trabajo puede tener un impacto positivo en la salud física y mental de los empleados. Estímulo a la Productividad y Creatividad: Un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede potenciar la creatividad y la productividad de los empleados Con la enmienda buscamos modificar las fracciones IV y II de los apartados A y B del artículo 123, para que los trabajadores disfruten de dos días de descanso por cada cinco días laborados. Sin duda, la reforma beneficiará a millones de trabajadores y trabajadoras, entre ellos obreros, jornaleros, empleados domésticos, artesanos y en general, a todos aquellos con contratos laborales. Debemos replantear las políticas laborales y sociales en economías como la nuestra para mejorar tanto la productividad como la equidad en la distribución del ingreso. Los países que han logrado reducir significativamente su brecha de desigualdad lo han hecho mediante la implementación de políticas efectivas que combinan jornadas laborales más cortas con mecanismos redistributivos sólidos.
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