El anterior presidente se encargó de poner los cimientos para que arribara al poder lo que nos han querido vender como el segundo piso de la cuarta transformación
No son pocos los observadores y analistas políticos que advierten sobre el riesgo de que nuestro país enfrente, dentro de poco tiempo, “la dictadura del bienestar”. El anterior presidente se encargó de poner los cimientos para que arribara al poder lo que nos han querido vender como el segundo piso de la cuarta transformación, que básicamente consiste en seguir los pasos de López Obrador y que incluye lo que autodenominó el Plan C, es decir, apoderarse del poder judicial. Sin duda y a pesar de la previsible muy baja participación ciudadana en la elección del próximo domingo, seguramente llegarán las personas afines al gobierno y su partido, aunque afirmen que, incluso al interior de morena, existen serias discrepancias sobre los números que tienen las personas por las que se debe votar y que estarán en la boleta electoral porque contienden por un puesto para juez, magistrado o ministro de la corte. Sin duda, desde el gobierno y su partido, han dado pasos muy importantes cuyo objetivo sería instaurar la dictadura del bienestar. Es cierto que ganaron de manera contundente la elección, y con ese resultado, se fortalece su discurso de que todo, absolutamente todo, está bien en México y que lo que todavía está mal, es culpa de Calderón y de los gobiernos neoliberales. No se debe olvidar que arrebataron la mayoría en ambas cámaras, integrando una sobrerrepresentación con la complicidad de consejeras, consejeros electorales, magistradas y magistrados electorales, para apoderarse del poder legislativo. Desde hace más de 6 años descalificaron a la oposición para tratar de destruirla. Un ejemplo claro en la actualidad, es la abyección que un par de gobernadores de Movimiento Ciudadano le presentan a la presidenta, que por supuesto, son aplaudidos por los simpatizantes de morena. En cambio, cuando un gobernador del PAN expresa que no se debe votar por morena, la descalificación y la contundente crítica empieza desde el atril presidencial, tratando de desaparecer las opiniones diferentes al pensar del gobierno. Van a desmantelar el poder judicial con la implementación del Plan C y confirmaran que llegarán los que ellos querían que llegaran, porque a sus aliados se les instruyó votar siguiendo el famoso acordeón del bienestar. Lo que es un hecho es que desde el gobierno y desde el senado de la república, quieren desaparecer la crítica, humillando al que disiente utilizando todas las herramientas del estado. Esperemos que no empiecen a encarcelar a dirigentes, legisladores de oposición, líderes de opinión, comunicadores, periodistas o empresarios, como ha ocurrido y está ocurriendo en Venezuela. La presidenta afirmó que los que se manifiestan en contra de participar el domingo en la elección están en todo su derecho, pero que después “no vengan a decir que somos autoritarios”. Parece vislumbrar su futuro anhelado, espantando con la verdad. Un comunicador el día de ayer expresaba que la Presidenta con A, parece actuar más como la Autoritaria con A y que esperaba que no fuera la primera Dictadora con A. Así las cosas.
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