Los datos preliminares de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024 y la metodología del CONEVAL lo confirman: la pobreza en México volvió a reducirse entre 2022 y 2024. Más aún, 9.9 millones de personas salieron de la pobreza durante el sexenio. También cayó la pobreza extrema. Este no es un logro menor, y quienes trabajamos por una transformación profunda del país sabemos que detrás de esos números hay decisiones políticas con sentido de justicia.

Pero la pregunta necesaria es: ¿dónde se vuelve real esa transformación? La respuesta es clara: en los barrios, en las colonias, en las comunidades. Ahí donde el Estado no llega con discursos, sino con presencia, espacios públicos rehabilitados, servicios, confianza institucional y vínculos sociales vivos.

Desde la regiduría que encabezo en el Municipio de Puebla, impulsamos Calle Viva, un modelo de regeneración comunitaria que traduce en el territorio los principios de la Cuarta Transformación: dignidad, justicia social, seguridad con enfoque de derechos, y gobernanza desde abajo.

En barrios como La 14, no se puede hablar de reducción de la pobreza si seguimos normalizando la explotación de mujeres, el abandono del espacio público o las sanciones informales impuestas por mandos policiales. La pobreza, lo sabemos bien, también es institucional y cultural.

Por eso trabajamos en una nueva forma de entender la seguridad: no como control, sino como confianza. No como castigo, sino como cuidado. No como presencia armada, sino como tejido de paz.

Reducir la pobreza en los indicadores es un gran paso; transformarla en la vida cotidiana es un deber ético, político y urgente. Que no se nos olvide: lo que no cambia en el territorio, no transforma al país.