De unos años a la fecha, Nuevo León se convirtió en una entidad en la que sus ciudadanos les gusta experimentar con sus gobernantes.

Lo hicieron en 2015, cuando extrañamente un personaje que había tenido una mediana militancia dentro del PRI, se convirtió en un fenómeno de las redes sociales y obtuvo una victoria contundente en las urnas, convirtiéndose en el primer gobernador surgido de las filas de los independientes.

Jaime Rodríguez Calderón, auto motejado “El Bronco”, se convirtió en gobernador de Nuevo León, venciendo en las urnas a Ivonne Álvarez, una conductora de televisión activada como candidata por el PRI.

La diferencia fue abismal: más de dos a uno sobre su más cercano adversario obtuvo Rodríguez Calderón, quien, se afirma, obtuvo la confianza de los grupos empresariales.

Su gobierno no marcó gran diferencia con sus antecesores, pero terminó con la dinastía priista que tan malos resultados había arrojado.

“El Bronco” compitió por la Presidencia de la República y enseñó su exacta dimensión, obteniendo un cinco por ciento del apoyo ciudadano.

Los electores de Nuevo León decidieron jugar nuevamente a las adivinanzas, y otro personaje surgido de las redes sociales, y con parte del humor norteño, los cautivó. Acudieron a votar por él, aunque no lo hicieron en grande como sucedió con “El Bronco”.

Samuel García Sepúlveda triunfó con un 30% menos de votos que los obtenidos por Rodríguez Calderón, quedando por debajo del 40% del total de votos.

El “senatore”, como es parodiado en redes sociales, venía de una cultura distinta a la de “El Bronco”, ya que el primero había desarrollado una carrera de esfuerzos con paso político, sin grandes condecoraciones, mientras Samuel venía del privilegio. Tanto así que una de sus puntadas de campaña contó que lo que más le molestaba de esa edad era que su padre lo levantaba a jugar golf, después de una noche de desvelo, como castigo.

Samuel juega a gobernar con ayuda de su esposa Mariana Rodríguez, a quien quiere convertir en su sucesora, al igual que lo hace Ricardo Gallardo con la suya en San Luis Potosí.

El estilo de gobernar de Samuel es novedoso, ya que muestra en parte su vanidad, sus lujos, pero enseña también que es un joven de 38 años al que le gusta la fiesta.

Como “El Bronco”, aspira todavía a convertirse en candidato presidencial, lo que no pudo hacer en 2024, pero que sí podría intentar en 2030.

Dentro de dos años, los electores de Nuevo León acudirán nuevamente a votar y podrán experimentar de nuevo. Tienen aspirantes que pueden ofrecer cosas distintas a lo vivido en los dos anteriores sexenios.

Por un lado, se encuentra el senador del Partido Verde, Waldo Fernández, que puede ir por la alianza con MORENA o solo; Tatiana Clouthier, que no es tan reconocida, aunque con el respaldo de MORENA puede dar batalla; y Clara Luz Flores, la misma que echó a perder la primera oportunidad que tuvo MORENA de conquistar la joya del empresariado.

Pero del otro lado, en Movimiento Ciudadano (MC), hay dos figuras con mediano respaldo: el senador Luis Donaldo Colosio, quien no alcanza a crecer, y la propia Mariana Rodríguez, auspiciada por su esposo. Colosio y Mariana fueron una dupla perdedora en 2025: uno con la senaduría y la otra con la alcaldía de Monterrey.

Los priistas tienen una de sus últimas posibilidades de ganar un gobierno estatal, con Adrián de la Garza, tres veces alcalde de Monterrey y vencedor en las urnas de Mariana.

La apuesta ya está corriendo y en junio de 2027 sabremos qué clase de gobierno decidieron los ciudadanos de Nuevo León.

 

 

Email: ramonzurita44@hotmail.com

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