Lunes 11 de Agosto de 2025 |
En un país donde la transparencia ha sido prácticamente anulada, recobra vital importancia el trabajo que, desde la óptica ciudadana y con la herramienta de difusión de las redes sociales, se puede lograr para exhibir los excesos que se cometen por personajes en el ejercicio del poder. “Auditar desde la óptica ciudadana” es una nueva forma de mostrar los dobles discursos, las mentiras construidas y la incongruencia de decenas de políticos que hacen alarde de una lujosa vida y ostentosidad, muy lejos de preservar esos “principios de austeridad” que pregonaron en sus pasadas campañas morenistas. En la mayoría de ellas, estos personajes usaron los excesos de sus antecesores como muestra palpable de lo que llamaron “la mafia del poder”. En menos de una década, todos ellos superaron a esa mafia y se convirtieron en los mejores clientes de las marcas de lujo en ropa, autos, viajes y accesorios que reflejan un nivel de vida muy diferente al que dicen tener durante sus reuniones, con lo que todavía llaman “pueblo bueno”. El trabajo detallado del periodista Jorge García Orozco, del portal Eme Equis, destapó la caja de Pandora sobre el tren de vida de altos vuelos que llevan Sergio Gutiérrez Luna, morenista y presidente de la Cámara de Diputados, y su esposa, la diputada petista Diana Karina Barreras. El seguimiento a las fotos que ellos mismos han compartido en sus redes sociales, los desnuda como una pareja que gusta de un tren de vida que no cuadra con los ingresos que actualmente perciben en la Cámara Baja. Las marcas, los eventos, las joyas, las propiedades tienen en jaque a dos personajes que le han provocado una seria abolladura al partido gobernante, donde su llamada austeridad ha quedado por los suelos. Y es que no solo han sido artículos de lujo. Gutiérrez Luna se ha servido con la cuchara grande en San Lázaro, ya que este fin de semana, el analista político Juan Ortíz dio a conocer la lista de 41 personas que trabajan solo para el morenista y cuya nómina asciende a un millón 800 mil pesos. Gutiérrez solo ha presentado seis iniciativas en lo que va del año. La balconeada de los políticos morenistas y de partidos aliados, que gustan de una vida extravagante y ostentosa, alcanza a muchos otros personajes en todo el país. Gobernadores, presidentes municipales, diputados locales y voceros pueden ser desnudados por ciudadanos que hoy se están dando a la tarea de exhibir lo que omiten en sus declaraciones patrimoniales. Pedro Haces, el virrey de San LázaroEl caso de Pedro Haces Barba, líder sindical de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), con más de 7 millones de afiliados, es el referente de la impunidad y desfachatez en las filas del morenismo. Pedro Haces ejerce su liderazgo sindical a la viejísima usanza del corporativismo laboral, donde a sus afiliados los convoca para arrearlos como borregos y a las mujeres que militan en su organización, las etiqueta como “el viejerío”. Este personaje, identificado como “el partner político” del también diputado Ricardo Monreal, hace alarde de su riqueza y propiedades sin el menor problema. Las fiestas en su rancho ubicado en las faldas del Ajusco son ampliamente conocidas por sus compañeros diputados. Lo mismo que las celebraciones navideñas en los restaurantes más lujosos de la Ciudad de México, como el Caroline’s 400, y su fiesta de cumpleaños en Madrid, España, donde pagó el hotel a sus invitados, entre los que estuvieron la magistrada Yasmín Esquivel y el propio Monreal. Los aprendices de “Huicho Domínguez”En Puebla pululan en el morenismo aprendices de estas prácticas de simulación, donde algunos empleados del armentismo gustan exhibir en la tramoya los lujos que han ido acumulando en los recientes tiempos. Autos de lujo, compra de propiedades, uso de helicópteros para el traslado de amistades y accesorios de marcas costosas, contrastan con los compromisos de una agenda de gobierno. Los videos de la titular de Turismo en Puebla, Carla López-Malo Villalón, entrevistando a un globero en el zócalo de la capital, resaltaron los mocasines Chanel de la joven e inexperta funcionaria que fue funada en redes como una de las nuevas morenistas que gusta darse sus lujitos, aunque sea para grabar en vivos al lado de la gente que, ni con todos los globos que venda en un mes, se podría comprar los zapatos de la funcionaria. No hace falta buscar mucho para darnos cuenta de que la mayoría del morenismo en el país cedió a la tentadora vida de excesivos lujos. El contraste frente a este tren de vida, lo tienen las bases de un morenismo puro que desde hace tiempo está en franca extinción. Aquellos que siguen promoviendo un movimiento de aparente “transformación” reconocen que sus líderes y dirigentes han perdido el rumbo. Cada vez son más los personajes que han venido en decadencia para mostrar que hoy, en Morena, los liderazgos fundadores se han convertido en simples figuras de sal.
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