Lunes 15 de Septiembre de 2025

La mañana del 10 de septiembre, un nutrido grupo de estudiantes y colonos pobres de Huejotzingo acudió, por enésima vez, a la presidencia municipal para solicitar una reunión con las autoridades y pedirles, de manera pacífica y respetuosa, una respuesta al pliego petitorio entregado hace varios meses, mismo que contempla obras necesarias en secundarias, bachilleratos y en varias colonias humildes.

¿Qué piden? Veo en este momento el pliego —firmado de recibido el 8 de noviembre de 2024 por funcionarios municipales— en el que se pide: fresado de calles, seguridad, agua potable, electricidad, pavimentación de calles, drenaje, explanada y butacas para una iglesia, un aula, tableros para cancha de basquetbol, barda perimetral, sanitarios, 50 butacas y material para una banda de guerra de una secundaria y dos bachilleratos.

¿Lujos para los pobres? ¿Cosas imposibles? Nada de eso. Cosas necesarias que el gobierno municipal debería resolver, sin necesidad de que nadie se lo recuerde.

 

Al presidente municipal —antes emecista y ahora morenista— Roberto Solís Valles no le gustó que un grupo de gente pobre, unida y organizada, llegara a las puertas del Palacio Municipal a pedirle el cumplimiento de las obras que prometió en campaña. No, no le gustó. Y, colérico, amenazó a sus gobernados con mensajes de texto vía WhatsApp al estilo criminal: de “a como nos toque” y que los espera con “toda su banda” en el municipio.

Los mensajes se los hizo llegar al líder del Movimiento Antorchista en el municipio, Carlos Vázquez Crisóstomo, porque él encabezaba a la comisión de ciudadanos y estudiantes que acudió al palacio municipal.

El alcalde Roberto Solís Valles viola la ley porque no tiene el derecho de amenazar a los ciudadanos que solo le piden el cumplimiento de sus promesas y que haga su trabajo, como prometió en campaña. Porque, además, por ser el presidente municipal, es claro por obviedad que su campaña difamatoria contra Antorcha a través de sus redes sociales personales y de algunos medios de comunicación pagados con el dinero de Huejotzingo busca justificar una represión violenta —mediante el uso de la fuerza pública— contra los antorchistas y contra los estudiantes de la FNERRR.

 

Estamos, pues, viendo cómo nace un dictador: cero diálogo con los ciudadanos, difusión de mentiras sobre ellos y, como paso lógico, la represión. Así funcionan las dictaduras.

Roberto Solís, en los mensajes de amenaza, afirmó que, en venganza: “Ahora me Meteré con el calmecac” (¡sic!).

En el Bachillerato Calmécac, desde hace cuatro meses el tesorero del Comité de Padres de familia de los dos ciclos escolares anteriores (que ya no puede repetir para este nuevo ciclo escolar y debiera suspender sus funciones), se ha apropiado de la oficina de la dirección, cobra las cuotas de inscripción, maneja la tienda escolar y usurpa las funciones del director comisionado, pues él inscribe, él hace horarios, él maneja las llaves de la escuela, con la complacencia del regidor de educación (que no es de Huejotzingo) y de alguien más, lo que ha provocado la molestia de la mayoría de los jóvenes y de las familias.

Lo han acusado ante la SEP y ante todas las autoridades correspondientes, pero nadie ha hecho nada para evitar que siga violentando la ley. ¿Un ciudadano común puede hacer eso, sin que las autoridades intervengan y pongan orden? ¡Claro que no! Sería un absurdo suponer eso.

Siempre fue claro que este abnegado tesorero tenía protección y, ¿de quién creen? Del propio presidente municipal, que ahora se incrimina motu proprio. Roberto Solís no es bueno ni para esconder sus ilegalidades, porque él ni el tesorero, ni su regidor, tienen facultades para nombrar o destituir a los directores de las escuelas a su gusto o sustituirlos en sus funciones.

Reproduzco dos notas informativas de un medio digital en las que se denuncian problemas en la administración que encabeza Roberto Solís.

La primera se titula:
“Presidente de Huejotzingo gasta más en redes sociales que el gobernador”
Y dice:
“En los primeros 100 días de su administración, el presidente municipal de Huejotzingo, Roberto Solís Valles, pagó 112 mil 676 pesos por anuncios de Facebook e Instagram, superando lo invertido por el gobernador Alejandro Armenta Mier en redes sociales. Roberto Solís invirtió 21 mil 226 pesos más en comparación con Alejandro Armenta, ya que con dicha cantidad de dinero su imagen apareció en 52 millones 500 mil perfiles poblanos, según la Biblioteca de Anuncios de Meta”.

En este gasto descomunal, para ganarle simpatías al presidente, hay una mano que opera y tiene libre el uso del dinero: quien dirige la comunicación social de Huejotzingo, que es quien ahora orquesta la campaña de calumnias contra los antorchistas.

 

¿Y sobre los medios? Un día sabremos los convenios que se tienen con televisoras estatales, radiodifusoras de alto impacto, páginas de noticias e ‘influences’ de huarache, que son muñecos de ventrílocuo del edil. Ese dinero deberían gastarlo en resolver las necesidades de los jóvenes de bachillerato. Sería más útil ahí y el presidente se ganaría el apoyo real de la gente; no necesitaría de las mentiras mediáticas para inflarse en la fiesta con el aire de las redes sociales y la prensa.

La segunda nota se titula así:
“Roberto Solís ocultó 11 contratos de obra en Huejotzingo: suman 63 millones”
Y dice así la nota:
“De octubre a diciembre de 2024, el presidente municipal de Huejotzingo, Roberto Solís Valles, firmó 16 contratos de servicios y obra pública, pero omitió transparentar la información de 11, que suman 63 millones de pesos. La información de las empresas que participaron por los 11 contratos, al igual que las facturas y evidencias fotográficas, fueron ocultadas por el actual gobierno de Huejotzingo”.

Nada qué comentar. La nota se explica sola.

El Movimiento Antorchista exige un alto a las amenazas del presidente morenista contra los jóvenes y anunciamos jornadas de lucha hasta que se resuelvan las demandas de los jóvenes, colonos y campesinos de Huejotzingo.

Pedimos, de manera respetuosa, la intervención del gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, para que en aquel municipio se solucionen las justas necesidades de la gente humilde, que es poblana, trabajadora y que tiene derecho de ser atendida por el gobierno.

Nada más, pero nada menos.