Miércoles 17 de Septiembre de 2025

En los dichos, Morena no se cansa de repetir que el partido está más unido que nunca, pero en los hechos las divisiones al interior son cada vez más evidentes.

Una prueba de ello es lo acontecido el domingo pasado en las asambleas seccionales, donde se presentaron disputadas en algunos municipios luego de que intentaran reventar las elecciones con el fin de imponer a sus allegados en los concejos municipales.

El primer caso es el del municipio de Libres, donde se vio una lucha férrea entre la gente del expresidente municipal Armando Ruiz Solís y el grupo comandado por el hijo del diputado federal de Morena, Juan Antonio González Hernández.

En un video que se volvió viral el rector de la Universidad Tecnológica de Oriental, Juan Antonio González Fuentes, fue captado queriendo manipular los resultados de las elecciones a favor de su candidata.

¿Qué pasó con Nay Salvatori en San Sebastián Tepalcatepec?

Pero, este no fue un hecho aislado. Otro caso que se ventiló en redes sociales fue el de Nayeli Salvatori Bojalil, a quien acusaron de querer influir en la elección del comité seccional de San Sebastián Tepalcatepec, en San Pedro Cholula.

Las y los inconformes le pidieron que se retirara, pues señalaron que la diputada local buscaba que personas ajenas a Morena emitieran su voto con la promesa de afiliarse después.

Desde el 17 de agosto de este año, Morena comenzó la instalación de 2 mil 904 comités seccionales en todo el país. Estos grupos, que se conforman domingo a domingo, buscan fortalecer la estructura territorial del partido y garantizar una base sólida rumbo a los procesos electorales de 2027 y 2030.

Quien controle los comités seccionales, se encargará de realizar las labores de afiliación del partido; en Puebla, la meta fijada por la Presidenta Nacional de Morena, Luisa María Alcalde, es de medio millón y, por iniciativa del gobernador Alejandro Armenta, el número se duplicó a un millón de afiliados.

También, en diversas ocasiones se ha visto operar a Iván Herrera Villagómez, quien de día se dedica a ser secretario del Medio Ambiente en el gobierno municipal de Puebla y de noche trabaja en posicionar a su grupo como presidentes y secretarios de los comités seccionales para mantener su posición de consejero estatal.

Pero, ¿cuál es el objetivos de todos y todas que desesperadamente buscan dominar los comités seccionales de Morena?

Liderar las asambleas para que una vez llegado el momento tengan los votos suficientes para controlar el consejo estatal que se renovará en 2027 e intentar colarse en las boletas de las elecciones de ese mismo año.

La vieja estructura barbosista que aún sobrevive y los grupos que actualmente ostentan el poder están en guerra para mantener su propia estructura con miras a las próximas elecciones donde está en juego no el futuro de Morena, sino su futuro político.

La situación se asemeja a una lucha a muerte como en "Los Juegos del Hambre", donde la competencia interna se ha intensificado y la supervivencia política depende de la capacidad para eliminar a los rivales. El partido gobernante opera sin oposición significativa, lo que agudiza la lucha por el poder y la permanencia.

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Nayeli, Iván y Juan Antonio son solo algunos de los casos que han sido evidenciados peleando por mantener o imponer su estructura, lo cual creen que les dará el poder necesario para negociar su futuro político o la de su grupo cuando llegue la hora de las definiciones.

Entonces, no se dejen engañar por la narrativa de que Morena tiene un proyecto de Nación enfocado en consolidar el segundo piso de la Cuarta Transformación. En realidad, muchos de sus miembros sólo buscan seguir beneficiándose del partido que utiliza al pueblo para sus fines personales.

Al final, todos son iguales: morenos, tricolores, naranjas, albiazules o verdes… porque la ambición y el interés personal siempre se anteponen. La verdadera lealtad es a sí mismos, no a un partido ni una ideología.