Lunes 06 de Octubre de 2025 |
Las comparecencias no son un acto protocolario ni un trámite administrativo: son la expresión más clara de la rendición de cuentas y de la madurez democrática de un gobierno. En materia de seguridad pública, este ejercicio adquiere un valor aún mayor, porque ahí se define la confianza que la ciudadanía deposita en sus instituciones. La seguridad no se construye en silencio ni en la oscuridad. Se construye con hechos, con transparencia y con la disposición permanente de rendir cuentas. Solo así puede sostenerse la confianza entre ciudadanía y gobierno, un vínculo que es el corazón de toda política pública efectiva. En los próximos días, el Ayuntamiento de Puebla vivirá un momento crucial: el inicio de las comparecencias de las y los titulares del gabinete municipal, a propósito del Informe de Gobierno. Este ejercicio no debe entenderse como una formalidad, sino como una oportunidad para revisar, evaluar y fortalecer las acciones que impactan directamente en la vida de las y los poblanos. Como presidenta de la Comisión de Seguridad y Justicia, asumo este proceso con la convicción de que rendir cuentas es un acto de responsabilidad ética y política. Evaluar la estrategia de seguridad, los resultados de prevención del delito, la atención a víctimas o el uso de los recursos públicos no es solo un deber técnico, es una manera de honrar la confianza ciudadana. Porque la seguridad no es un privilegio: es un derecho. Y los derechos se garantizan con acciones, con cercanía y con transparencia. Cada peso invertido, cada patrulla desplegada y cada programa implementado deben tener un propósito claro y medible: devolver la tranquilidad a las familias poblanas. Las comparecencias representan el momento ideal para preguntarnos si las estrategias de seguridad realmente están transformando los territorios, si las políticas de prevención están llegando a quienes más lo necesitan, y si nuestras instituciones están actuando con la sensibilidad y la eficacia que demandan los tiempos actuales. Cuando una autoridad se presenta ante el Cabildo y explica sus decisiones, cuando transparenta sus resultados y reconoce sus desafíos, fortalece la paz. La transparencia no debilita al gobierno: lo dignifica. Y en un contexto donde la ciudadanía exige resultados tangibles, la rendición de cuentas se convierte en el camino más directo hacia la legitimidad. Desde la Comisión de Seguridad y Justicia, mi compromiso es velar porque este ejercicio se realice con rigor, respeto y apertura. Escuchar, preguntar y exigir claridad no son actos de confrontación, sino herramientas para construir un gobierno más honesto y una ciudad más segura. La seguridad no se exige desde un escritorio, se garantiza con trabajo de campo, con presencia constante en el territorio y con la articulación entre gobierno y comunidad. Porque la verdadera paz no se decreta: se construye con confianza. Hoy, más que nunca, las comparecencias son el rostro transparente de la seguridad. Un espacio donde las instituciones hablan con la verdad y donde las y los servidores públicos reafirmamos que la confianza de la gente es el mejor indicador de nuestro desempeño. La seguridad de Puebla se defiende con hechos, con diálogo y con una visión de futuro que coloque siempre a la persona en el centro. Esa es la ruta y ese es mi compromiso. |