Lunes 22 de Diciembre de 2025 |
El reciente retorno de la funcionaria estatal Norma Layón al distrito de San Martín Texmelucan vuelve a mover las aguas políticas de la región. Su presencia en distintos eventos públicos —particularmente en posadas y reuniones ligadas a actores locales— alimenta la versión de que busca convertirse en la próxima aspirante a diputada federal por este distrito. Y, como suele ocurrir en la política texmeluquense, cada movimiento genera reacomodos, especulaciones y pactos en silencio. Layón, hoy parte del equipo cercano al gobernador Alejandro Armenta, reaparece acompañada del diputado Jaime Aurioles, quien, se dice, podría buscar la presidencia municipal en 2027. Ambos personajes cargan con capital político, pero también con cuentas pendientes ante una ciudadanía que no olvida fácilmente. En el caso de Layón, su administración municipal dejó episodios que continúan resonando. Uno de los más señalados ocurrió en San Baltazar Temaxcalac, donde se anunció la “rehabilitación” de un tanque elevado que ya había sido dictaminado como inservible. Aquella obra fue presentada como un proyecto innovador, pero terminó colapsando y provocando la muerte de dos personas. Un hecho que marcó profundamente a la comunidad y que, inevitablemente, vuelve a la conversación cada vez que su nombre aparece en el escenario político. Aun así, en la política mexicana —y particularmente en la región de Texmelucan— nada está escrito. Las aspiraciones se negocian, los acuerdos se construyen y las lealtades se reacomodan al ritmo de los tiempos electorales. Lo que hoy parece improbable, mañana puede convertirse en una candidatura sólida si los números, las alianzas y los intereses así lo dictan. El reto para Layón, si finalmente busca la diputación federal, será enfrentar la memoria pública. No sólo necesitará estructura política, sino también demostrar que su regreso no responde a un simple cálculo, sino a una verdadera convicción por recomponer la relación con una ciudadanía que la observa con distancia crítica. Por ahora, la pregunta queda abierta: ¿Es Norma Layón una figura en ascenso rumbo a San Lázaro, o simplemente una aspirante más en un tablero donde todo se negocia? Los próximos meses darán las respuestas. |