Vecinas, vecinos, el extraño caso de la morenista, ahora petista pero siempre barbosista...
Vecinas, vecinos, el extraño caso de la morenista, ahora
petista pero siempre barbosista, Nora Merino Escamilla, quien primero
salió a decir que la olvidadiza y poco productiva LX Legislatura hizo realidad
la reforma que obliga la gratuidad de los métodos anticonceptivos en las
instituciones de salud pública, cuando ésta viene funcionando desde hace casi
tres décadas. ¡Ahí, les encargo! El asunto de la diputada no queda nomás ahí. No. Y es que ahora,
en un ataque de brutal honestidad acepta que se heredará los temas de la ley de
desaparecidos y la despenalización del aborto a la siguiente legislatura porque
eran “temas complicados” y porque habría que ver qué dice el gobernador. Más
claro ni el agua. Se le olvidó que esos temas eran compromisos de la bancada que
ya abandonó y que ella le puso el pie a estas dos iniciativas nomás por
capricho político. A ver qué tal la LXI Legislatura. ¡Esperen! Nora también
estará ahí. * ¿Alguien sabe dónde está el súper delegado Rodrigo Abdalá?
Desde que Irma Sandoval, la secretaria de la Función Pública, reveló que
él y otros angelitos andan bajo investigación nadie lo ha visto ni asomar un
cabello. ¡Bueno! Hay que ser justos: desde que lo nombraron delegado de
Programas para el Desarrollo en la entidad, es decir, un representante del
gobierno federal en Puebla, no ha hecho gran cosa. Así que mientras se sabe dónde anda, más le vale poner en
orden sus cosas porque el panorama no le pinta muy bien que digamos. * Hablando de panoramas, qué tal que Genoveva Huerta
anda afianzando más sus relaciones con el PAN nacional. Se sabe que es la
ungida para seguir reestructurando el partido en todo el estado. La
reconfiguración del blanquiazul está en marcha, y solo ellos saben para quién o
a dónde va la brújula para una mujer en el panismo rumbo al 2024. * En el afán de mostrarse sensibles y progresistas las y los
políticos han abusado del lenguaje incluyente, cayendo en aberraciones que
muestran más su falta de preparación y, en otros casos, su misogina. Ayer, en
su intervención en el Senado, Alejandro Armenta aplicó un enunciado con “las
y los hombres”. Que alguien le diga, por favor, para evitar más aberraciones de
este tipo, que lo correcto es “las mujeres y los hombres”. De por sí, si quiere
brillar en frente de la Comisión de Hacienda defendiendo su libro La
pandemia de los azúcares añadidos en México más vale primero estar bien
preparado.
Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. |
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