Vecinos,
vecinas, aquí lo pronosticamos hace unas entregas: Genoveva Huerta se
perfila para reelegirse como líder estatal del PAN, más ahora que se confirma
que por paridad de género deberá ir una mujer. Así como lo lee, el CEN
del partido albiazul aprobó por unanimidad que en Puebla,
así como en otros estados, “personas del género femenino” sean las que
contiendan por la Presidencia. El reto ahora es que los integrantes
de la Aldea dejen de lado su machismo y elijan en cuanto antes a la mejor
contrincante para darle batalla a la elegida por el líder nacional, Marko
Cortes.
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Sé que andan nerviosos con los acomodos al interior de la BUAP, con
los enroques en su consejo directivo. Todos los enroques parecen llevar el
sello de una mujer: Lilia Cedillo, quien cuenta con las
credenciales necesarias para ser la primera rectora de la máxima casa de
estudios de Puebla.
Sin embargo, la pregunta que a más de uno le salta es si tiene las cartas
políticas suficientes, sobre todo porque le va a tocar ser rectora en los
tiempos de Miguel Barbosa, a quien pareciera no le gusta compartir
el protagonismo y mucho menos con una mujer. Ya saben el gran, pero gran
escaparate, que es la BUAP. Ahí les dejamos el balón botando.
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Qué tal los del partido de la 4T, ese que se llama Morena,
que trae los colores guindas y de emblema al presidente AMLO, pues
esos cuates ya de plano andan pensando en posponer la renovación de su
dirigencia, argumentando la “tercera ola” de COVID-19, una decisión
que tomaron Aristóteles Belmont y el dirigente nacional Mario Delgado Carrillo.
Mientras son peras o son manzanas, si es cierto que andan preocupados por los
contagios y no por el río revuelto que traen desde hace unos meses, cuando grupos
de Gabriel Biestro tomaron las instalaciones y marcharon y acusaron y hasta
amenazaron haciendo el oso nacional.
Como dicen que más vale aquí corrió que aquí quedó, existe la posibilidad de
que las elecciones se pospongan hasta el otro año.
Ustedes qué dicen: ¿cuestión de salud o negociación política? Ya se verá, ya lo
veremos.
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Y hablando de ríos revueltos, ahí tenemos el caso de Juan C. Bonilla donde
los habitantes que tomaron la planta de Bonafont hace unos
días ya salieron a decir que no tienen miedo a las represalias de la empresa.
Este tema ambiental es un polvorín que puede reventar en cualquier momento,
porque deben saber que la organización Pueblos Unidos ya sabe
cómo operan las empresas y hasta las autoridades con tal de evitar que influyan
en las decisiones de gobierno y esto nos deja dos escenarios:
1. Desde el gobierno del estado le cierran la puerta de negociación a los
Pueblos Unidos y apoyan la postura de Bonafont.
2. Resuelven a favor de los habitantes que acusan el saqueo del agua de parte
de la empresa y se echa a una marca nacional al cuello.
¡Ah! También está el escenario de los “no somos como los de antes pero hacemos
lo mismo”, y consiste en darle atole con el dedo y prometer pero nunca
resolver. Porque ya saben que prometer no empobrece.
¡En fin! Lío gordo de un tema que ya traspasa fronteras.
Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.
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