Enrique Guevara y Pablo Montiel, en espera de hueso

¡Qué tal vecinos, vecinas!

La vecindad Podcast

Memorias del Crimen

Por La Rascona*

¡Qué tal vecinos, vecinas! Llegó el día del tan ansiado Grito, donde cientos de poblanos se verán involucrados en un potencial centro de contagio, en una batalla política, en dos gritos y en un espectáculo que, de menos, se espera sea de buena calidad.

Y entre pelea y pelea y “gritos que sí importan” donde mostrarán “comunión” y “unidad” por Puebla, el rostro de la división, el rencor, la vendetta y el desprecio hacia la autonomía municipal se asomará.

Yo nomás espero que los bailongos estén buenos, bonitos y que hayan salido baratos por aquello de la austeridad republicana, ¿no creen?

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Otros que andan en vilo y que parecen quinceañeras rumbo al fiestón son Enrique Guevara y Pablo Montiel, ilustres panaderos que estuvieron rogándole a Jesús el Cristo para encontrarse al próximo alcalde, Eduardo Rivera, para pedirle, currículum en mano, les diera un huesito en su administración, sacando a relucir hasta el número de tuitazos que pusieron para atacar a la todavía presidenta municipal Claudia Rivera. Y así, con más pena que gloria dijeron: “a sus órdenes, jefeee”. Y su futuro comandante medio les soltó, así como no queriendo la cosa, que habría lugar en Gobernación y en la Secretaría Ciudadana. ¡Uyyy! Y luego luego le hablaron a columnistas para decir “trascendió que yo seré el secretario”. Hasta se pusieron de coquetos en las redes sociales con risita nerviosa como no sabiendo si sí o si no. Tal fue su affaire con el “dicen que sí pero yo no sé” que terminaron por aburrir y los dejaron solos con su cotorreo que sólo ellos entendían.

Si son, pues serán. Si no, pues al menos una buena anécdota quedará. Porque ganas sí le echaron.

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Por cierto, vecinos, que ante el INE y el IEE ya son dos sancionados por cuestiones de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género, el presidente municipal de Francisco Z. Mena, Pascual Morales Martínez, que andaba bloqueando a una diputada y un reportero que agredió a la diputada Genoveva Huerta. Lo curioso de estas determinaciones no es la sanción o la resolución en sí sino la discrecionalidad con la que se llegó a ella, pues es sabido de los continuos señalamientos que desde la capital del estado se hicieron ante los ataques recibidos por contrincantes, diputados, regidores, medios de comunicación y autoridades estatales.

Hay cosas que siempre levantan sospecha y como dicen por ahí “piensa mal y acertarás”.

 

Vecinos, vecinas recuerden que ya podemos estar en contacto directo y chismear más a gusto en [email protected]

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