Por La Rascona*

¡Vecinos, vecinas! No cabe duda que ya le gustó el ajetreo a esta vecindad, donde si no es Chana es Juana y si no su hermana. Luego de tantos escándalos con sello poblano, sumamos más ojos de huracán que cualquier película palomera de esas de Canal 5.

Ahora tocó nada más y nada menos que el turno al municipio de Juan C. Bonilla donde, por el conflicto con la planta de agua Bonafont, habitantes tenían tomada la fábrica tras denunciar explotación a los mantos acuíferos de la zona, o lo que es lo mismo, un particular aprovechándose del agua de la comunidad, en tiempos donde el agua resulta más y más escasa. Sin decir “agua va” durante la madrugada del martes, varios uniformados estatales y de la Guardia Nacional llegaron muy sacalepuntas a las instalaciones de la fábrica a “recuperar” el espacio que ya hasta había sido bautizada como Altepelmecalli: casa de los pueblos. Y así, a brochazo limpio y con el amparo de la ley, desde Casa Aguayo se lavaron las manos al son de: “Un juez de competencia penal de control decretó la restitución en favor de la empresa Bonafont, de la planta de su propiedad y se llevó a cabo una diligencia judicial, no por parte del Ejecutivo, no ordenada por nosotros. Lo que sigue es que la empresa restablezca sus operaciones de forma normal y cualquier reclamo de personas, de asociaciones que se lleven a cabo con el diálogo correspondiente y tiene la empresa que dialogar, autoridades federales dialogar y tenemos como gobierno que intervenir en ese diálogo”. El llamado Frente de Pueblos Unidos en Defensa del Agua y la Tierra recibió un duro golpe a sus demandas, y ahora sólo se podrán cobijar en la versión difundida de que el famosísimo, pero ya olvidado, socavón de Santa María Zacatepec se creó por la sobreexplotación de los mantos de Juan C. Bonilla.

Uno de los vecinos que viven el conflicto de cerca nos dijo: “Nosotros rechazamos la innecesaria expresión de violencia en el desalojo de las instalaciones y la negativa por parte del gobierno para entablar el diálogo, el mismo que hemos estado solicitando. Si ni el estatal nos hace caso menos el federal. Ya es momento de que se le ponga un alto a las prácticas de un mal gobierno que niega el derecho a los pueblos, mercantilizan el agua y la entregan a empresas extranjeras”. Y como dice el refrán: palo dado ni Dios lo quita.

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En un minichisme me enteré que desde el Partido del Trabajo se piensa impulsar una iniciativa para despenalizar el aborto en Puebla, luego de que la fracción morenista en el Congreso salió más papista que el Papa y se niega a tocar el tema de forma seria y dar cumplimiento al dictamen de la Suprema Corte de Justicia de quitarle el freno a la despenalización. Vaya que su estrategia de recoger los pedazos que deja el partido en el poder y fabricar con ellos sus fortalezas, es una estrategia de supervivencia que, en tiempos de agendas progresistas, les vendrán bien para sacudirse la política apolillada que se respira por esos rumbos. A ver qué pasa. A ver si los dejan.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]