Por La Rascona*

¡Saludos, vecinas y vecinos! Ahora sí que no hay mejor manera de iniciar una semana que con chismes, escándalos y con La Franja de Puebla como líder general del pambol mexicano. Hace mucho frío en la cima, ¿verdad vecinos?

Y el escándalo que sigue dando de qué hablar, y que -como se los dije aquí- va a seguir dando lata en los pasillos de la grilla política, es nada más y nada menos que el del auditor caído en desgracia Francisco Romero Serrano, quien además de no entregarle cuentas por encargos al titular del Poder Ejecutivo de Puebla lo anda balconeando en cuanto medio pueda. Primero saliendo a disculparse por la sanción de la CNDH y que desde Casa Aguayo no sólo no se acató sino que se rechazó públicamente, luego por salir en videos hablando de que le estaban armando chalecos para meterlo al botellón, después quesque para denunciar un complot, algo que hasta con capturas de pantalla y videos hizo, y ahora para abrir fuego contra los aliados del gobernador. Romero Serrano sabe que sobre él pende la espada de Damocles, que de un momento a otro puede terminar rindiéndole cuentas a la justicia. De ahí que se entienda su estrategia de disparar a todos lados, llevarse entre las patas a uno que otro afecto del mandatario, empañar aún más la ya de por sí señalada y criticada administración estatal, y estirar tanto la liga y pelear como gato bocarriba para llegar al soñado punto de la negociación: “tú sabes, yo sé; los demás no tienen por qué saber”.

Y el fuego nada amigo de Romero Serrano abrió frente una vez más contra Roberto Gil Zuarth, a quien señala directamente de llevar un caso contra él, y el que terminó por salir en las declaraciones que publicó la revista Proceso es nada más y nada menos que quien ahora despacha como secretario del Trabajo en el gobierno estatal: Gabriel Biestro Medinilla. Según declaraciones del “angelito” auditor, el antes diputado, antes líder del Congreso y antes aspirante a candidato a la alcaldía de Puebla le pidió que desde la Auditoría Superior del Estado le pusiera un freno a su enemiga Claudia Rivera Vivanco, a quien no le perdona no hacerse a un lado para que él llegara como “caballero andante” a la presidencia municipal de Puebla.  Estas declaraciones son más que fuertes porque hablamos de que un auditor declara públicamente que la Auditoría se pretendía usar como lo que históricamente siempre ha servido: de garrote político. Las declaraciones de Romero Serrano son carbón para la hoguera de las vanidades en las que vive el gobierno del estado, y abono para las teorías de conspiración que siempre se manejaron en torno a ese muy turbio proceso electoral de julio pasado donde a todas luces desde Casa Aguayo jugó a la contra de una compañera de partido.Así las cosas en este inicio de semana, que pinta para  estar más entretenido que una serie de Neiflis.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]