Puebla, paraíso y resort para la delincuencia

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Memorias del Crimen

Por La Rascona*

 

¡Qué tal, vecinas, vecinos! Ahora sí que ni la lluvia se lleva lo caliente que está Puebla, y no lo decimos sólo por las altas temperaturas que nos tienen como caldo de cachete y panza, con harta cebollita y grasita asentada, sino también por los eventos bastante macabros que se han venido presentando en los últimos días. Eventos, eso sí, que tal parece que han sumido a las autoridades en un desconcierto en su forma de actuar.

Me refiero a los hallazgos de partes humanas en dos parques capitalinos: el de Las Ninfas y el de Santiago, centros de esparcimiento familiar que a decir verdad no están muy lejos del Centro Histórico de la ciudad de Puebla, un territorio al que la alta violencia empieza a acercarse más y más . El torso y los brazos aparecieron el sábado 9 de abril, un día después la cabeza y ayer una pierna. ¿Lo terrible? Aún queda una parte del cuerpo que no aparece. Este rompecabezas de terror lleva tras de sí un mensaje: el de la estrategia fallida de seguridad. Y las autoridades se apegan a las frases hechas de “son mensajes entre delincuentes”, “no son de aquí”, “se investiga”, “todo el peso de la ley”, discursos que suponen servirán de velo para ocultar que hay algo que no están viendo, o que no quieren ver.

Las versiones que apuntan a que las partes de cuerpo halladas pertenecen a un policía de Tehuacán reportado como desparecido sólo me hacen preguntarme por qué es que su cuerpo terminó aquí. Por algo se tomaron la molestia de viajar poco más de hora y media para dejarlo en la capirucha. Y el mismito Fiscal dice desconocer el mensaje que se quiere dar, pero que sea como sea los va a detener. ¡Vaya! Si se desconoce el motivo es más complicado desentrañar este evento.

No cabe duda que este terrible suceso es un parteaguas en la historia de la seguridad en la capital del estado. ¡Ah! Y alejándonos bastante de la ciudad de Puebla, en Ayotoxco apareció afuera de una primaria la cabeza y las manos de un hombre, acompañadas de una narcomanta. A todo esto, el fiscal Gilberto Higuera se aventó una declaración de diez: “Son personas que provienen de otros estados. Por supuesto en Puebla buscan ese cobijo de saber que se encuentran en lugares donde no hay otros grupos”. ¡Ay, Puebla de nuestros amores, paraíso y resort para la delincuencia! Hay veces que ni la burla perdonan.

 

Vecinos, vecinas, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto:

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