No más pechugas al aire
La Vecindad
¡Qué hay, vecin@s! Ya con la semana avanzada le llegó un duro golpe a los planes del presidente AMLO, quien se las ha visto más que negras primero por la no aprobación de la reforma eléctrica y ahora se le suma el revés de la suspensión definitiva de las obras en el tramo cinco del Tren Maya, ahí por Playa del Carmen y Tulum. Así es, la obra cumbre del gobierno cuatroteísta topó con piedra. Eso sí, dicen los enterados que habrá apelación y maromas para que salga adelante. Ya tocará ver si pueden o no. Y es que justo en ese nuevo revés la oposición se regodea, aunque en su festejo siguen sin encontrar una alternativa para distinguirse del actual mandatario sin hacer en el facilismo de la descalificación, la burla, clasismo y hasta racismo en el que suelen caer. Miren ustedes que en lugar de aprovechar y fortalecer su idea de “ganar” nomás refuerzan el prejuicio que hay hacia ellos. * Hablando de prejuicios, ahí tienen un ejemplo local en la mismita voz del presidente de la comisión de Gobernación, Miguel Ángel Mantilla, quien al grito de “no más pechugas al aire” pidió decoro en la forma de vestir de las prostitutas. ¿Decoro? “Yo por eso decía también que este tipo de prostitución la que está en las calles y demás es un asunto de decisión personal de ellas y ellos, de los que están en las calles de cómo se viste”. Alguien que le avise a Mantilla que no todas ni todos están ahí por mero gusto, y que no todas ni todos se visten así porque quieren. Y es que, más allá de lo que él mismo llamó “normas básicas de convivencia y de buena convivencia humana y de costumbres dignas” hay un tema que no han atendido, y por más que quieran maquillar las calles y a las trabajadoras sexuales, pues no se ven programas de apoyo para ellas ni ellos (le habrán dicho que también hay hombres que ejercen la prostitución), ni de capacitación, ni jornadas de salud ni nada de eso. Platicando con una vecina que es trabajadora sexual, y esto me contó: “Es una burla. Nos obligan los inspectores a vestirnos lo que ellos llaman decentes pero nos siguen cobrando las mismas cuotas para dejarnos trabajar. Aquí la ley es la de ellos y ahora toca adaptarse a lo que ellos nos piden. Con pandemia, con menos trabajo, con cuotas a los líderes y también a los inspectores estamos mal. “Ahora nos sacan de las calles y nos meten a hoteles y casonas. ¿Las han visto por dentro? Si hasta parece más seguro cualquier parque”. ¿Ven por qué les digo que nomás ellos no se ayudan? No cabe duda que se empeñan más en “embellecer” bajo su idea de buenas costumbres y recato que combatir la inseguridad que crece y crece. Me despido con ese grito de batalla que pintó de cuerpo entero a los panistas hace un par de años, y que viene a cuenta por eso de las buenas costumbres: “¡Ánimo, Montana!”
Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected] |
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