¡Qué tal, vecinxs! Cómo es que amanecieron luego del reguero de chismes y tropezones que deja nuestra clase política. Eso sí, no vayan a reírse muy fuerte porque recuerden que ya se aprobó la regulación contra el ruido, o más bien contra la contaminación auditiva y visual en Puebla. Ahora sí que el sablazo será de unos 480 mil pesos de multa a quien haga ruido fuera de norma en casas habitación, talleres, centros comerciales, salones de fiesta, discotecas, antros, clubes, ferias, encuentros deportivos y hasta bailes populares. Ahora sí que como dice el Sonido Leguleyo: “La voladora anda a todo lo que da”.

Y en cuanto a la publicidad los ayuntamientos deberán ser quienes se encarguen de regular. Esto huele a negocio, ¿no creen? Por ejemplo, la iluminación de las pantallotas que andan por la ciudad anunciando desde escuelas hasta las mismas acciones de gobierno no podrá exceder de 325 puntos de medición de intensidad, dentro de un horario de las 18 horas a las 6 horas del día siguiente. Con el detalle que no se podrá colocar publicidad en el mobiliario urbano, sobre todo en árboles.

Por ahí me enteré que en el Congreso andan trabajando una ley sobre el tema del arbolado, poniendo sanciones a quien por sus pistolas quite un arbolito, y vaya que son varios quienes lo hacen. Vamos a ver cómo les sale la jugada, y de qué lado masca la iguana en temas de acuerdos, y a estar muy atentos a quiénes son los dueños de los espacios publicitarios que estarán bajo la lupa. O que serán beneficiados. Porque ya ustedes saben, vecinxs, qué no se saca aguja sin meter hilo.

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Ya que hablamos de los arbolitos, un aplauso a la Secretaría de Medio Ambiente del municipio de Puebla que anunció un programa que en pocas palabras busca sembrar un árbol por cada niña y niño y adolescente en la ciudad, una tarea que se antoja muy complicada en cuanto a cuadrar números pero bueno, más allá del discurso populista se reconoce esta iniciativa que además busca sembrar 5 mil árboles en el espacio urbano en estas semanas, entre encinos, fresnos y truenos, dependiendo de zonas de calor.

¿La meta? Unos 280 mil árboles durante la administración. Lo que les debe quedar claro a las autoridades es que si bien muchos celebramos esta decisión no quiere decir que sea un cheque en blanco para hacer cualquier cosa, como sembrar palmeras o ahuehuetes, ya ven lo que sucedió en la CDMX donde por hacer ocurrencias sin previo estudio su esfuerzo se fue a la basura. Y es que una cosa es una cosa y otra, otra cosa. Deberán saber qué tipo de árboles poner, sobre todo que sean especies endémicas y no la chorrada de sembrar jacarandas nomás porque se ven bonitas, o ficus porque se podan como paletas… También, por supuesto, tendrán que aclarar quién o quiénes serán los proveedores de las especies a sembrar porque ya sabemos que donde suele cojear esta administración es en la transparencia.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]