*Por La Rascona

¡Caray, vecinos, vecinas! Ahora sí que andamos más revueltos después del puente y de la semana mocha que es ésta, pues entre los descansos sugeridos y los que de plano se hicieron por fueros propios ya andamos más lampareados que las avenidas sin luminarias que prometen poner pero que nomás nunca lo hacen: Y hablando de luces, los que andan viendo brillitos son los vecinos del partido naranja, nananá, el mismito Movimiento Ciudadano que sigue fortaleciendo su estrategia de ir solos en las elecciones de 2024, y que saben que aunque pierdan terminarán ganado. A ciencia cierta, y no tengo por qué engañarlos, ese partido es el único en crecimiento, con sus asegunes pero ahí siguen. Una de las estrategias del partido de Dante Delgado es rejuvenecerse, poner cara de nueva política con perfiles jóvenes y llevando agendas que algunos otros institutos han dejado de lado, tan es así que mientras algunos se andan peleando entre ellos como si de pleito de cantina, los de Movimiento Ciudadano ya comenzó a reclutar políticos jóvenes, de aquí, de allá y acullá, donde al parecer no pinta más el liderazgo de Fernando Morales. Una cosa es segura que como diría Timbiriche: “si no es ahora, será mañana” y Movimiento Ciudadano puede meter algunos goles más pronto de lo que imaginamos.

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Y miren, el caso es fortalecerse, y algunos partidos quieren aplicar la de movimiento ciudadano con sus propios méritos. Ahí tienen a los de Morena que ni tardos ni perezosos pusieron manos a la obra para echar mano de las estructuras tricolores que conocen bien, toda vez que hay operadores que desde tiempo atrás conocen de la a  la z todo el merequetengue. Fíjese ustedes que ese el caso de Paco Ramos, quien desde su época de líder juvenil priista sabe cómo tejer redes de trabajo, y en este ocasión el que anda contento por ello, dicen los que saben, es el flamante secretario de Gobernación nacional, Adán Augusto, quien sabe, como los viejos lobos de mar, que un elemento clave para ganar elecciones es la lana. Será que Adán, quien goza de la estima del más cuatroteístas de los gansos, pueda seguir sumando puntos para el 2024 o, como dicen algunos, está preparado para un eventual periodo de año y medio, por aquello de las dudas. Ya se verá.

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Hablando de estructuras, este chisme me lo pasaron unos vecinos que andan como La Patita en temas de política: meneándose al caminar. ¿Por qué? Pues fíjense que hay un lío para armar equipos de trabajo entre uno de los aspirantes de Morena a convertirse en el próximo inquilino de Casa Aguayo. No, no me refiero a Nacho, sino a Alejandro. El caso es que hay quejas entre las estructuras que levantó en su época de priista porque simple y sencillamente no les contesta las llamadas o de plano no les cumplió cosas que se les prometió, y así se suman al equipo de Nacho; y los que antes apoyaban a Alejandro ahora apoyan a Nacho. ¡Ah, jijos! Ya ven cómo es que noviembre ya huele a 2024, y eso que ni el arbolito hemos puesto.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]