*Por La Rascona

¡Qué tal, vecinas y vecinos! Pues aquí ando de vuelta, dándoles lata y lista para hacer comentarios que incomodarán a más de uno. Eso sí, no quiero empezar con este arguende sin antes desearles un buen año. Que este 2023 sea bueno para nuestra Puebla chula.

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Fíjense que este arranque de año está trayendo harto chisme y hartos eventos que ponen en duda el futuro de varios actores políticos. Ahí tienen ustedes el descalabro que se anda metiendo a nivel nacional Claudia Sheinbaum luego del trágico accidente en la línea 3 del metro, un tropezón más que le está cobrando factura en su muy anticipada precampaña, algo que sin duda agradecen las otras dos corcholatas morenistas: Marcelo Ebrard y Adán Augusto.

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A nivel local no cantamos mal las rancheras, pues luego de la intentona por tumbar el nombramiento como gobernador de Sergio Salomón Céspedes la corte puso las cosas claras y echó abajo el misterioso compló, al cual le quisieron poner varios nombres y apellidos. Por ahí me chismearon que se sabía desde un principio que estos recursos para impugnar el nombramiento no iban a prosperar, pero que se presentaron de todos modos para dar un mensaje. ¿Cuál? Pues que no habrá un control como el que se tenía en los tiempos del fallecido Miguel Barbosa y que el poder está bajo el escrutinio de varios intereses.

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Muchos vecinos y vecinas que me he encontrado me han pedido que les diga a las autoridades, desde esta humilde vecindad, que ya ni la muelan, que los homicidas andan más a la alza que las acciones de Elon Musk, que el robo a transporte púbico está tan disparado como película de John Wick, y que la justicia anda más a cuentagotas que servicio de Agua de Puebla. Mientras el gabinete se dedica a mostrar apoyo en Twitter a las acciones de gobierno, la realidad es que en el día a día a pocos se les ve trabajado o respaldando al titular del Ejecutivo con lo único que importa: trabajo. ¿Y el Congreso? Enfrascado en definir al llamado “barbosismo” y defenderlo. Eso sí, hay que ser claros: el barbosismo fue una actitud para gobernar y no una corriente política, mucho menos un sistema. Las cosas como son. Así que ya que andan todavía muchos con el espíritu emprendedor de año nuevo les encargo que ahora sí trabajen, que los funcionarios que sustituirán a quienes seguro ya tienen fecha de vencimiento en sus contratos se dediquen a chambear por Puebla y no pelear con molinos de viento. Plis.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]