¡Vecinas y vecinos! Esperemos que esta semana les pinte con los menos corajes posibles, porque ah canijo, el día a día es una lata por culpa de nuestros políticos que hacen cualquier cosa para sentirse poderosos que la mayoría de veces nos terminan llevando entre las espuelas.

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Oigan, ¿ustedes fueron de los que salieron a marchar en “defensa del INE” ayer domingo, o son de los que se quedaron en casa porque les vale una pura y dos con sal las quejas de los autonombrados defensores de la democracia? Se los pregunto porque ayer vaya que sí hubo gente reunida en el zócalo, gente que se codeó con la clase política poblana y que demostraron que por más ciudadana que se quiera nombrar a estas manifestaciones siempre quedarán a merced de los intereses partidistas o de grupo político.

No nos hagamos, la marcha de ayer dista mucho de ser una defensa a ultranza del Instituto Nacional Electoral, más bien fue una marcha política, de posturas, de opositores del más cuatroteísta de los gansos. Desgraciadamente las intenciones ciudadanas quedaron al margen, al mismo tiempo que afloraban las muestras divisorias de siempre, donde el clasismo y el racismo salieron una vez más a la luz y donde la derecha poblana se dio un baño de pueblo como pocas veces. ¡Vaya, hasta a algunos dirigentes se les vio bailando un cumbión bien loco!

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¿El “músculo” mostrado por la derecha será suficiente para recuperar Casa Aguayo en 2024? ¿Fue una ilusión? ¿Se comportarán ahora sí como oposición a partir de este momento o emplearán únicamente la estrategia de criticar lo nacional y ser neutrales en el ámbito local? Ya se verá, vecinos, ya se verá.

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Hablando de cosas que se verán tarde que temprano, ¿qué les parece cómo se empiezan a acomodar las fichas políticas rumbo a la sucesión en 2024? Una cosa es clara: las desbandadas de uno son la oportunidad de otros. El PAN continúa perdiendo operadores políticos y el grupo blanquiazul que llevó al poder a Eduardo Rivera Pérez empieza a quedarse sin personas de tierra que puedan operar a nivel estatal. Esa estructura, para ser más que honestos, le pertenecía al morenovallismo, una corriente aún presente en Acción Nacional y que en su mayoría está representada por Genoveva Huerta quien, dicho sea de paso, mantiene una batalla con la actual dirigencia panista. Pues bien, esa ala de la panadería más azul del condado anda haciendo ojitos con aspirantes morenistas y la fuga de Clemente Gómez Medina para acercarse a Nacho Mier Velazco es la prueba. Y eso, también es la prueba de que la próxima elección será la de los intereses personales y ambiciones políticas, más que del compromiso social. Triste pero cierto. Triste pero real. Triste pero de carácter electoral. Triste pero voltear bandera es un ejercicio cada vez más acostumbrado entre la clase política.

La mera verdad.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]