¡Saludos, vecinos y vecinas! ¿Listos para iniciar esta semana corta llena de chismes y envuelta en calor? Oigan, pues el que se sigue metiendo en camisa de once varas es el diputado Eduardo Alcántara Montiel, quien a días de que la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo hallara culpable de hostigar sexualmente a la panista Erika de la Vega, a quien le pidió lana y favores de alcoba, ahora busca no sólo revertir el fallo impugnándolo sino que abre una nueva querella contra la Comisión Permanente blanquiazul. Fíjense que para nadie es un secreto que Alcántara Montiel forma parte del equipo que le juega las contras al Yunque y a su elemento estrella, el alcalde Eduardo Rivera Pérez, por lo que luego de que la presidenta estatal del panismo, Augusta Díaz de Rivera, lo llamara a explicar por qué voto en fast track el nombramiento del gobernador sustituto tras la muerte de Miguel Barbosa, Alcántara Montiel les dijo casi casi que quiénes son ellos para llamarlo a explicarlos motivos. ¡Changos! Por donde se le vea podemos estar viendo los últimos días de Eduardo Alcántara como elemento de la bancada de la panadería azul, pues no sería raro que buscaran bajarlo del Congreso local para no tener un incendio a un año de los comicios donde buscarán aparentar unidad. Y digo aparentar, porque para ser honestos, y ya saben que lo que me sobra es honestidad, ningún partido en Puebla puede presumir de ser unido.

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Por cierto, ya llegamos a esos días donde en cualquier evento político aparecerán paleros para gritar “______ “ gobernador o gobernadora (inserte el nombre de cualquier político que sueñe con llegar a Casa Aguayo). Ya no hay pudor. Ni pudor ni memoria. Tal parece que en el duelo de generar percepción nadie le mete originalidad o, dicho en otras palabras: se dicen de nuevas formas y repiten los mismos vicios. De un lado y del otro aplican la vieja confiable de los paleros, de las “muestras de apoyo casuales”, de las bardas, las encuestas cuchareadas… Se vienen largos meses que llevarán esos tintes. ¿Y las y los vecinos? Viviendo el día a día, envueltos en crisis de gobernabilidad e inseguridad y en disputas sociales. Todos y todas prometerán ser los mejores para acabar con los males. Promesas, sólo promesas. Lo que está en juego, no es “un cambio”, sino un modelo de negocios.

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Cien días de un nuevo gobierno que busca dejar atrás el gobierno de cuatro años de persecución, bravuconerías y frentes de batalla. Cien días que buscan dejar atrás el mito del “legado” para trabajar de otra manera, con otros elementos, incluso con nombres ajenos al partido dominante. Cien días de un gobierno que intenta caminar luego de cuatro años de no hacerlo. Por el bien de las y los poblanos, ojalá el tiempo le dé la razón al gobernador. Que Sergio Salomón Céspedes Peregrina demuestre que las cosas se pueden hacer bien y que de verdad ha comenzado una nueva era para Puebla. Ojalá, ojalá.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]