¡Vecinos, vecinas! Pues vaya par de noticiones que nos dejaron los inquilinos de Casa Aguayo. El primero, sobre la millonaria deuda que hay desde el gobierno del fallecido Rafael Moreno Valle Rosas, una cantidad que seguro hasta haría pasar saliva hasta a Elon Musk. Sí, nada más y nada menos que 2 mil 600 millones de pesos que, por si fuera poco, tuvo que pagar este gobierno al SAT. Por este llamado “descuido financiero” ya tienen en la mira a Eduardo Tobilla Lara, subsecretario de Egresos, así como a Roberto Rivero Trewartha, secretario de Finanzas y Administración en la administración morenovallista. ¡Pero eso no es todo! La flamante y muy barbosista María Teresa Castro Corro, titular de la Secretaría de Planeación y Finanzas, a quien presumían como elemento vital de la administración de don Miguel tuvo que dar a conocer que el gobierno de Puebla “perdió” 600 millones de pesos que invirtió en un banco que quebró en 2021. ¡Qué queeee! ¿El gobierno más transparente que nos quisieron vender durante todas las conferencias matutinas de Barbosa, no lo es tanto? ¿Cadáveres en el armario? ¿Por qué se escogió el Banco Accendo, donde el panista Ernesto Cordero Arroyo, quien fue compañero de Miguel Barbosa Huerta en el Senado, fue el principal promotor? Muchas sospechas que deberían tener respuestas. Digo que deberían porque el “legado” saldrá muy pero muy maltrecho. Teresa Castro, quien a trompicones dio la versión descafeinada de este quebranto financiero, seguro sabe que los días de gracia para ella terminaron y es muy seguro que tenga que asumir responsabilidad en el asunto. Imagínense lo que piensa el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina después de pagar 2 mil 600 millones y perder 600 millones más. Lo bueno que el de Barbosa era el mejor gobierno de todos, ¿o no?

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La que dicen que ya anda desesperada es Olivia Salomón Vibaldo, quien luego que Julio Huerta Gómez la cerrara las puertas con Claudia Sheinbaum Pardo y se le negara todo tipo de interlocución con la corcholata favorita de AMLO, pues a la secretaria de Economía del gobierno del estado y otra corcholata favorita del gobernador Barbosa, no le quedó de otra más que moverse y buscarle por otro lado. A Salomón Vibaldo, a quien no se le quita de la cabeza que ella puede ser la gobernadora de Puebla, anda moviendo cielo, mar y tierra para sentarse con Adán Augusto López Hernández, actual secretario de Gobierno, hombre de todas las confianzas de López Obrador y también aspirante a ser candidato por la Presidencia de México. Como pueden ver, las traiciones están a la orden del día en lo que queda del barbosismo y como Julio Huerta quiere acaparar todo y por más que le intente no suma adeptos ni crece en las preferencias, pues ahora optó por abrirse camino él sólo y traicionar a los que le eran incondicionales a su primo, incluida la esposa y sus sobrinos. Ahora, a ver cómo les va a Olga Romero Garci-Crespo, presidenta del Comité Directivo Estatal de Morena, y a Agustín Guerrero Castillo, secretario General del Comité Ejecutivo, quienes al parecer no les quedó claro que la era Salomónica ya comenzó y en las reuniones del Comité juran y perjuran su lealtad con su único líder político y moral: Julio Huerta Gómez. Y digo que haber cómo les va, porque a la hora de la hora, parece que Julio con tal de asegurar hueso está quitando del camino a todo aquel que le haga sombra. Por lo pronto, Olivia Salomón ya fue excluida por el mismo Julio. Y Olga y Agustín ya fueron relegados del partido por rendirle tributo a la persona equivocada.

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Luego que en el Ayuntamiento de Puebla salieran a decir que se encontraron irregularidades en las cifras entregadas por la administración de Claudia Rivera Vivanco sobre la cantidad de vehículos en el corralón municipal, insinuando que “desaparecieron” algunas unidades, por ahí me contaron que les puede salir el tiro por la culata. ¿Por qué?  Resulta que algunos integrantes del cabildo anterior, y que repitieron en el actual (algunos ya con otros encargos afuera del ayuntamiento) ofrecieron, durante los últimos días de la administración de Rivera Vivanco, vehículos del corralón a buen precio, como si de un tianguis se tratara, a compañeros de partido, amistades y demás interesados. Tan es así que en los últimos días se bajó un punto de acuerdo que pretendía vender las unidades del corralón, porque ya se había hecho negocio por afuera. Seguro los integrantes del entonces grupo G5 saben de lo que hablo. ¡Por cierto! Curioso que ahora ese mismo punto se haya aprobado, ¿no creen? Así que algunas sorpresas se pueden encontrar, aunque no dejarán las sonrisas que esperan.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]