Por error de Lupita Cuautle, rueda cabeza en Comunicación Social de San Andrés

¡Qué hay, vecinos y vecinas! Cada vez son más los que levantan la mano para contender por la alcaldía de Puebla. Ahí está Alejandro Cañedo Priesca, quien les adelanté que presentará su renuncia como secretario de Economía y Turismo del ayuntamiento para seguir con sus aspiraciones políticas. Ya también salió Ana Tere Aranda Orozco, quien quiere sacar provecho de su buen posicionamiento, de su reputación y de su experiencia para irse con todo a buscar ser presidenta municipal de Puebla. Ya saben, ella muy dispuesta y entrona como siempre; eso sí, con la apertura de sumarse a sea quien sea que designen desde arriba en su partido azul. No podrían faltar los de la “izquierda” que quieren contender colgándose de la marca de Morena, aunque varios ni siquiera tienen el tamaño como para gobernar la cuarta ciudad más importante del país. Ahí tienen a Nora Merino Escamilla, al famoso Toño López Ruiz, quien dijo que empezó su carrera política desde muy pero muy abajo: desde una subdirección; el exclaudista y ahora nachista, Iván Herrera Villagómez; el exclaudista hoy huérfano, Leobardo Rodríguez Juárez, el diputado Alejandro Carvajal Hidalgo, todos esos solo por Morena… ¡Y siguen y siguen los destapes! Que si Covián por Movimiento Ciudadano, que si Biestro también quiere, que si Riestra, que si éste y que si el otro. ¡Y ahora hasta el súper delegado de Bienestar y súper sobrino Rodrigo Abdalá Dartigues, quien levantó la mano para tomar por asalto Casa Aguayo! Ese sí se proyectó gacho, pues se vislumbró en las grandes ligas, tanto así que hasta Nacho Mier Velazco salió a meterle un zape para decir que el que se destapa se puede resfriar. Todos y todas deberían seguir los consejos del tío Nacho: que se abriguen y que se pongan a trabajar, ¿no creen?

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Algo debe andar muy mal en el gobierno de Edmundo Tlatehui Percino para que Rosalía Cerecedo Luján haya sido renunciada de la Coordinación de Comunicación Social del Ayuntamiento de San Andrés Cholula. Dicen las malas lenguas que le ofrecieron una salida digna por mera cortesía. No fue el mal trato, ninguneo a los reporteros locales o la pésima estrategia de comunicación social de Tlatehui Percino cuyas últimas encuestas lo colocaban con menos del 30% de aprobación. La gota que derramó el vaso, cuentan en la vecindad, fue la triste entrevista que le hicieran a Tlatehui sin garantizar lo mínimo indispensable para que se luciera. Los enterados aseguran que fue la esposa de Tlatehui Percino, Lupita Cuautle Torres, quien gestionó la fallida entrevista donde despedazaron al alcalde panista; no hubo grabación de respaldo, nadie platicó del contexto de las preguntas, y para colmo, el control de daños posterior a las respuestas de Karina Perez Popoca, fue desastroso. Edmundo quedó dibujado como un alcalde incompetente. Total que la titular de Comunicación Social, que ya bastante había aguantado, sirvió de chivo expiatorio para no ventilar a Lupita Cuautle que hasta community manager se siente.

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La que puede estar tranquila es la titular de la Secretaría de Planeación y Finanzas, María Teresa Castro Corro, a quien le dieron tiempo para explicar el quebranto de millonario de Puebla tras la inversión de 600 millones de lucas en Accendo Banco, hasta que “se terminen las investigaciones correspondientes”. Ahora sí que tiempo de sobra tendrá para hacer su presentación en Canvas o, ahora que está de moda, pedirle a una Inteligencia Artificial que la saque del atolladero. ¡Pero eso no es todo, para nada! Ya dijeron los del Congreso que no habrá proceso administrativo contra de la auditora Amanda Gómez Nava, pese a que no dijo nada del hoyo financiero de más de 3 mil millones que heredó el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas y que ocultó bajo la alfombra la administración barbosista. ¡Qué bonito es lo bonito! En Puebla, al fin y al cabo, no habrá consecuencias porque nadie sabe, nadie supo el destino del billullo.

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