¡Qué hay, vecinos y vecinas! ¿Siguen llorando porque ya terminó la Feria de Puebla, por la tunda que los Diablos de México le metieron a los Pericos de Puebla, o porque ya llegó un canijo a pintarle la barda de su casa porque supone ustedes apoyan “genuinamente” a tal o cual aspirante, corcholata o deschavetado?

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Oigan, hablando de bardas, qué tal la mordida de lengua que se anda metiendo la presidenta estatal de Acción Nacional, Augusta Díaz de ahí Rivera, luego de que se la pasara denunciando la casposa aparición de pintas con el nombre de quien se le ocurra de Morena que sueña con un puesto político, y llamara al IEE y al gobierno del estado a evitar que sigan apareciendo estos grafitis políticos, pero ni pio dice de las bardas en apoyo a Genoveva Huerta Villegas, donde las expresiones de apoyo ya parecen más de pinta de butaca de escuela con eso de “te queremos” y “te amamos”.

Lo que se sabe es que la estrategia de Genobaby va alineada a posicionarse como contendiente, esperando el visto bueno de la dirigencia nacional para que sea tomada en cuenta, mientras que en la dirección estatal le apuestan a su único caballo, pero al que por el momento no quieren lanzar al ruedo de lleno.

Por el momento la contienda Fama contra Barda tiene un ganador: molesto, incómodo y marrullero, pero el grafiti político en bardas va dando paliza en estos menesteres de posicionamiento.

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En un giro inesperado, don Julio Huerta Gómez, quien hace las veces de secretario de Gobernación, coordinador de campaña de Claudia Sheinbaum Pardo, primo del que se supone dejaría un legado político y aspirante a candidato a gobernador, salió a pedir que se frene la pinta de bardas. ¡Cómo ven!

Eso sí, salió a echarle la culpa a la ciudadanía que lo apoya de forma desinteresada (risas grabadas) a los políticos, sobre todo a quienes le echan porras a él.

Me cuentan los vecinos chismosos que la intentona de desmarcarse de las bardas es porque las y los ciudadanos ya están hasta el copete de las pintas casi, casi pandilleras de los políticos, y que dado el tiempo de exposición esa estrategia ya llegó a su límite para posicionar en conocimiento a quienes aspiran a un hueso.

Eso no quiere decir que las pintas desaparezcan o dejen de aparecen en otros lados, sino que lo que pretende es que se le vea sereno y legal, sobre todo eso: legal.

¿Le alcanzará?

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Por lo pronto, el señor se siente muy confiado por una extraña cercanía con una de la corcholatas presidenciales, Claudia Sheinbaum Pardo.

Si bien es cierto que el primo del finado exgobernador es el coordinador en Puebla de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, la realidad es que eso no le garantiza ningún tipo de candidatura para 2024.

En los lavaderos de la vecindad dicen que está seguro que si ella fuera la candidata a la Presidencia de la República, Sheimbaum lo pondría como candidato a la gubernatura en Puebla, pero eso está muy alejado de la realidad.

En primer lugar, Claudia no tiene la candidatura en la bolsa y mucho menos va a poder decidir sobre los candidatos en los estados.

Es obvio que el primo no está arriba en las encuestas y en un hipotético caso que fuera a aparecer en la boleta, quizá Morena perdería Puebla.

Lo que sucede con Huerta es que no tiene trayectoria política, o de servicio público; si bien ha sabido subir de puestos es porque ha sabido quitarse gente de enmedio, sino pregúntenle a Cotoñeto.

El encargado de la gobernabilidad en Puebla anunció que Sheimbaum estará en el estado en sábado 27 de mayo y que tendrá muchos eventos.

Parece que a la jefa de gobierno le conviene más tener al secretario de Gobernación como coordinador estatal por las facilidades que el puesto estatal le deja, pero de eso a que ella pueda definir su candidatura, está demasiado lejos.

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Hablando de don Julio, no el pomo, no se emocionen. Cómo ve que el secretario de Gobernación está integrando a su equipo de promoción a personajes más que oscuros y que sirvieron para la persecución en los tiempos de su primo, el gobernador fallecido Barbosa Huerta.

¡Y dicen que vendrán cosas peores! Mal augurio, ¿no creen?

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]