¡Vecinos, vecinas!

¿Cómo han estado?

¿De plano ya les salieron escamas luego de las inundaciones en la capirucha o ya están planeando seriamente cambiar sus autos por trajineras al mero estilo de Xochimilco?

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Oigan, pues ésta será una semanita bastante pero bastante interesante.

Vamos a ver cómo se reacomoda el juego luego del mega escándalo tamaño Megalodonte en el que anda metido el senador Alejandro Armenta Mier, cortesía de su mano derecha José Luis Parra, antes conocido como “El Choco” y ahora nacionalmente nombrado #LordAudi y #LordPorche.

Y es que luego del escándalo, el golpeteo entre contrincantes de partido y de otros partidos tomó tonos más serios.

Hay mucho fuego cruzado y poco fuego amigo.

Miren ustedes que desde los bunkers de cada aspirante morenista empezaron a analizar con mayor rigor los riesgos de cada uno de los contrincantes y los propios.

El caso de Morenacho es curioso, porque después de tanto tiempo bajo el fuego del fallecido gobernador Miguel Barbosa Huerta, entre investigaciones por presunto lavado de dinero y por supuesta asociación con personajes oscuros de los medios de comunicación, la cosa parece tomar el cauce de llegar al fondo y luego subir, porque a menos que sus oponentes guarden un as bajo la manga tal parece que lo peor de la embarrada ya pasó.

A Claudia, a quien los reflectores volvieron a enfocar por el trascendido de que en Puebla hay altas probabilidades que quien abandere Morena sea mujer, la cosa no le pinta sencilla.

Ella sigue arrastrando el acoso ordenado desde la entonces silla giratoria de Casa Puebla.

Y si bien ha salido avante aún debe sortear la resaca de la persecución.

¿Armenta ya pasó por lo peor de la tormenta?

Difícil decirlo, sobre todo porque ahora que está herido, es probable que sus contrincantes quieran evitar que se levante.

La clave es saber a qué asesores escuchar, a qué charlatanes hacer a un lado y no confiarse ni de trascendidos ni de encuestas.

Ya sabemos que en Morena todo puede pasar como si de una tómbola se tratase.

Así que si ven a los y las suspirantes, díganles que no se confíen. En esta guerra aún no hay ganador o ganadora definida.

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Hablando de encuestas, si ustedes han sido “víctimas” de las casas encuestadoras no me dejarán mentir que hay unas que de plano se vuelan la barda orientando sus preguntas para favorecer al cliente en turno, con cuestionamientos tipo: ¿Votaría por mengano? ¿Si mengano es la opción del partido, votaría por él? ¿Confía en mengano? ¿Le daría una oportunidad a mengano?

Conclusión: todos quieren que mengano sea el elegido.

Canijos algunos encuestadores que intentan vender espejitos.

Y los clientes incautos pagan caro, aunque bien se sabe que a nivel nacional esas encuestas nomás dan risa, de la buena y de la no tan buena.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]