¡Vecinos, vecinas!

¿Se acuerdan que hace unos días les decía que el Poder Judicial del Estado de Puebla ya sin Carlos Palafox Galeana ni Margarita Gayosso Ponce al frente seguía patas para arriba?

Pues déjenme contarles un chisme: No es Palafox, ni Gayosso, ni Héctor, ni Toledano… el caos sigue y seguirá hasta que la mafia que controla tanto el Cosejo de la Judicatura como el Tribunal Superior sea desintegrada y deje de una vez por todas que las cosas fluyan a favor de las y los trabajadores.

Los reclamos se remontan a 20 años atrás. Los propios trabajadores lo han dicho en reteiradas ocasiones: en todo ese tiempo no ha habido actualización salarial para ellos, pero sí para hermanos, primos, ahijados y ahijadas de magistrados que han sido ascendidos sin mérito alguno.

Ojito aquí: El Poder Judicial, ya sin Carlos Palafox Galena, sigue patas arriba

Durante todo ese tiempo, los todopoderosos magistrados han sobajado, humillado y amenazado a las y los empleados como en días pasados se vio hacerlo a Ricardo Velázquez, a Araceli Cabido Vaillard y al nuevo presidente de Consejo de la Judicatura, José Eduardo Hernández Sánchez.

Años en los que vieron el actuar de Belinda Aguilar Díaz, la nueva magistrada presidenta, que controlaba la Escuela Estatal de Formación Judicial e inflaba la nómina de profesores y capacitadores; donde el 10 por ciento de la nómina está conformada por aviadores, y donde hay jueces que tienen procedimientos por acoso sexual en contra de sus subordinadas.

Cuando se inician procedimientos o cuando se tocan los intereses de estos jueces, protegidos de las y los magistrados, ellos mismos alborotan a los trabajadores para que salgan a protestar.

El nuevo consejero César Iván Bermúdez Minutti, por ejemplo, es compadre del magistrado Elier Martínez Ayuso, uno de los principales incitadores, que cuando las cosas se ponen pesadas sale y finge ser el gran conciliador.

Son ellos, los jueces y sus protectores magistrados la mafia del poder que se está peleando nuevamente el control del Poder Judicial.

Son ellos los que seguirán operando impunemente a costa de las y los asalariados que llevan dos décadas clamando no solo sueldos justos, sino también un trato digno.

Mientras eso pasa, las licitaciones públicas se suspendieron y se regresó a la adjudicación directa. Ya se imaginarán toda la lana que hay de por medio.

Lo bueno -si es que hay algo bueno-, es que las y los trabajadores están cada vez más enojados y ya se dieron cuenta que sólo los están utilizando. Cuestión de tiempo para que termine de estallar una bomba que lleva años calentándose.

Año, tras año, Presidente tras presidente… al fin de cuentas, la mafia del Poder Judicial es la que manda.

¿Terrible no?

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]