¿Cómo andan, vecinos y vecinas?

¿Ya alistando la rumba para este fin de semana, o preparando chalecos, sombrilla, torta y refresco para ir a apoyar a su candidato favorito en los mítines?

Luego de que ayer les hablara de la extinción gradual del PRI y su fuga hacia Morena, un vecino me escribió para preguntarme si creía que los morenistas iban a permitir que los tricolores secuestraran su partido, así que le respondo a ese vecino preguntón:

Sí, vecino, fíjate que sí.

Andan bien preocupados.

¿Por?

Pues ya están viendo como desde lo más alto del país empiezan abrirle las puertas del partido a los Hank, y de ahí para abajo hasta ver en sus filas al exclavadista Romel Pacheco que busca figurar en Mérida.

Temen lo que es obvio: ser desplazados de los lugares por los que pelearon desde las épocas en que eran redes ciudadanas y luego comités de apoyo a AMLO.

Pero la política es así.

Muerto el rey, viva el rey (o la reina), y cuando se vaya AMLO de la presidencia y, si las cifras no dan un vuelco casi imposible, Claudia Sheinbaum Pardo llegará.

El obradorismo irá en afrenta continua. Ya sin el líder político apearán al liderazgo moral, a una ética que sólo le pertenecerá a unos cuantos mientras el resto seguramente gravitará en las formas tradicionales de hacer política porque “así se acostumbra”.

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Oigan, en Puebla la sombra del morenovallismo anda rondando, al menos en la capital.

Sabemos, por ejemplo, que Eukid Castañón se integra al equipo de Pepe Chedraui mientras que Sagrario Conde lo hace con Mario Riestra.

Ambos formaron el primer círculo del morenovallismo. Ambos regresan por sus fueros (y por acuerdos, dirán algunos).

Los tiempos políticos que vienen serán como los pasados. Al menos eso es lo que me ha dicho un pajarito.

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Dicen los vecinos malpensados que la maroma política que se aventó José Juan Espinosa, quien saltó de Convergencia a Movimiento Ciudadano, luego a Morena y ahora al PRI en busca de una curul tricolor que pues la mera verdad anda famélico de opciones interesantes.

Quien fuera crítico de Eduardo Rivera Pérez ahora será su aliado. Quien despotricó contra Miguel Barbosa ahora lo hará contra Morena. Quien se dijera obradorista ahora se vestirá con la X de Xóchitl.

Curioso que este año en que la diputada Nancy de la Sierra, quien fuera su esposa por muchos años, regresó al tricolor, ahora lo hace también José Juan.

Seguramente ese tándem priista le sacará canas verdes a los morenistas.

¡Esperen sorpresas!

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Vecinas, vecinos, nos leemos el lunes. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]