Citlali Hernández y Mario Delgado traicionan a las bases de Morena

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La Vecindad


Febrero 21, 2024

¡Saludos, vecinos y vecinas!

Llegamos a la mitad de la semana con el ojo más cuadrado que la disciplina militar y con vecindad con toque morenovallista.

Resulta que la unción de Lupita Cuautle Torres como candidata a la presidencia municipal de San Andrés Cholula va del despropósito al más rampante de los nepotismos.

Lupita, quien es esposa del polémico Edmundo Tlatehui Percino, tendrá que hacer frente al desprestigio de su esposo como alcalde sanandreseño.

También deberá cargar con las cuentas que no ha terminado de rendir.

Y es que así, al mero estilo del morenovallismo, Edmundo le cede el asiento a su pareja para que sea ella quien intente prolongar tres años el mandato familiar.

Nuestros vecinos de San Andrés de plano ya no ven lo duro sino también lo tupido.

Las quejas contra la administración de Tlatehui son extensas, así como las cuitas de los militantes blanquiazules que se apersonaron en el Comité Directivo Estatal panista para gritonearle a Augusta Díaz de Rivera por lo que consideran una imposición.

Con decirles que hasta pancartas le llevaron.

¿Qué decían?

Pues: “Augusta, saliste peor que Genoveva”.

¡Sopas!

El asunto es que a pesar de las probables buenas intenciones de Lupita por gobernar el municipio, la sombra de la duda sobre los intereses de grupo se posa sobre ella.

Si ayer le anotamos un punto a la coalición Mejor Rumbo para Puebla por nombrar a mujeres como voceras de la campaña de Eduardo Rivera Pérez, ahora le quitamos uno por utilizar (otra vez) la carta del nepotismo.

Como diría don Emeterio: un pasito pa’ delante, dos pasitos pa’ trás.

No cabe duda que en todos lados se cuecen habas, sobre todo en San Pedro Cholula que cocina a fuego lento la búsqueda de la reelección.

*

El que anda pariendo chayotes es Jesús Zaldívar Benavides, el dirigente panista al que se le congeló la sonrisa luego de que fue vinculado a proceso por el presunto delito de abuso de autoridad.

Eso sí, mantendrá su libertad durante las investigaciones de la Fiscalía.

No solo eso, me han dicho que en camino vienen pruebas sobre el probable daño patrimonial de 30 millones de pesos cuando Zaldívar hacía las veces de director del Conalep en tiempos del morenovallismo.

Vamos a ver en qué termina esta telenovela a la que el PAN le ha puesto el tinte de persecución política y a la que el mandatario estatal dice que “son rumores, son rumores, son rumores”.

*

Ayer les conté que en Morena no se habían hecho encuestas para medir a los perfiles para las candidaturas a diputaciones federales.

Lo cierto es que sí se midieron, pero la mera verdad es que las y los consentidos de sus profesores salían tan mal evaluados, que optaron por ignorarlas y seguir con el proceso de selección llevándose entre las patas a los más competitivos.

Ahí tiene, por ejemplo, que bajaron a Fernando Manzanilla Prieto para tener contento al súper Toño López Ruiz, quien además de su poderoso padrinazgo hasta a un puente peatonal le puso el nombre de Miguel Barbosa.

Para meter a doña Charito Orozco con todo y su 1% de conocimiento ahí en la zona de Tehuacán, bajaron a Araceli Celestino, y a Heliodoro Luna lo sacrificaron para meter a Giselle Santander que ni del distrito 1 es.

Ya ni qué decir de don Melitón Lozano que lo sacaron feo de la jugada y de Nora Merino que fue premiada por su extremo barbosismo.

Citlali Hernández y Mario Delgado traicionaron a las bases, sacrificaron a sus soldados más leales y dejaron en manos de los dioses poblanos la designación de diputaciones federales, dándole en la torre una vez más al Movimiento que en otros tiempos anteponía los ideales por sobre todas las cosas.

De quien lleva mano en las suplencias y sobre las plurinominales, de eso mejor hablamos otro día.

*

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

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