¡Ayayay, vecinos y vecinas!

Arranca una semana más de campañas y estamos seguros que no faltarán los desfiguros de los nuevos o de los mismos candidatos.

En serio, hay quienes ni yendo a bailar a Chalma hacen una campaña de altura. 

¡Ah!

Pero en esta semana habrá otra cosa que segurito estará presente, y es el arsenal de las campañas negras, esa estrategia de cachete, trompa, buche, nana y nenepil.

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Hablando de campañas negras, fíjense que me enteré que esa extraña seguidilla de “militantes” de un partido que salen a apoyar al candidato de otro partido públicamente, donde incluso algunos se avientan una pantomima cambiándose chalecos, aventando playeras o leyendo discursos sin entenderlos, es una estrategia tramposa impulsada por las black ops de la política en Puebla.

¿A qué me refiero? 

Pues un vecino chismoso me contó que existen operadores que se dedican a reclutar personas, “no importa si no son muchos, con unos diez están bien; a ellos les dan una lana por unas cuantas horas; a los que hablan les dan más, algunos se llevan hasta dos mil pesos”.

El chiste, me dijo el chismoso, es que aunque no sean una carretada de personas como en un mitin, lo importante es la impresión, o lo que en la polaca se llama “percepción” de que las fracturas de partido llevan a dudar a la militancia si apoyar o no a tal candidato.

Incluso esa estrategia sirve para fomentar el voto diferenciado. Es ahí donde la capital de Puebla juega un papel importante.

“Vota por Armenta y no por Pepe”, dicen unos a favor de Riestra.

“Vota por Lalo, no por Riestra”, dicen otros.

La guerra de estrategias está puesta, con todo y guerra sucia incluida.

No tardan en aparecer los misteriosos volantes de las misteriosas imprentas, o los falsos portales con las falsas portadas. 

Como dice por ahí: “¡vendrán cosas peores!”

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Oigan, no se hagan, también andan ganosos con el debate por la gubernatura de Puebla, ¿verdad?

Así es, el 12 de mayo se verán las caras AArmenta, Lalo Rivera y Fosfofer para exponer sus brillantísimas propuestas sobre cómo nos irá mejor. 

Desde ya ese debate luce descafeinado.

Todos sabemos que seguirán las estrategias de puntero sereno, segundo agresivo, tercero buscando que lo conozcan.

No habrá sorpresas.

Por eso el candidato del PRIANRD pide un segundo y hasta tercer debate.

No va a suceder.

Por más que Lalo intente calentar la arena.

Y también hay que ser sinceros, ese hipotético segundo debate nomás le interesa la clase política, que aún piensa que está cerca del pueblo.

¿O cómo ven?

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Por cierto, ¿qué estará pasando en el cuarto de guerra de Morena, que a quince días de campaña han empezado a intensificar los ataques contra Lalo Rivera?

Tan solo este domingo, salieron tres figuras a dar posturas para atacar al expresidente municipal de Puebla:

Enrique Doger, a intentar cuestionar cuentas públicas que ya fueron aprobadas.

Pepe Chedraui a criticar la concesión del alumbrado público.

Y, el mismo Alejandro Armenta, que acusó al Ayuntamiento de campañas de odio.

¿Será que la elección no está tan definida como creían y que la preferencia de voto entre uno y otro candidato cada vez está más pareja?

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]