La inseguridad se pasea en Puebla como Pedro por su casa

Violento enfrentamiento en Chignahuapan refleja la creciente inseguridad en Puebla. Autoridades enfrentan desafíos en la contención del crimen organizado

¡Ayayay, vecinos y vecinas!

No cabe duda que han sido días terribles para Puebla, y no sólo en el ámbito político sino también en el social y hasta en el deportivo.

Ahí tienen el papelón que La Franja se aventó en este torneo al quedar como el peor equipo en la historia de los torneos cortos del no menos malísimo futbol mexicano, al conseguir apenas una victoria, dos empates y catorce derrotas.

¡Chale!

Hasta parece que a ese equipo lo dirige la administración barbosista que dejó en franca desgracia al estado.

¡Y no es broma!

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Lo que tampoco es broma es la terrible inseguridad que se pasea en Puebla como Pedro por su casa.

Primero la capital fue objeto de carretadas de violencia y ahora la carnicería alcanzó al resto de la entidad.

Lo sucedido en Chignahuapan con el atroz enfrentamiento entre delincuentes y Policía estatal, que dejó cuatro elementos de las fuerzas del orden abatidos, dos heridos y tres delincuentes muertos es reflejo no de la falta de gobernabilidad sino de la poca o nula estrategia de seguridad que a lo largo de seis años ha existido en Puebla.

Basta recordar los cambios y cambios y cambios que sufrió la Secretaría de Seguridad durante la oscura época del barbosismo y que con Sergio Salomón Céspedes se afianzaría.

Pero, el tiempo no alcanzó.

Lo que estaba mal sigue avanzando sin freno.

Las versiones no han dejado de correr y hay quienes dicen que Los Rojos están implicados, otros que incluso una célula del Cartel Jalisco Nueva Generación anda haciendo de las suyas.

Sea como sea la respuesta de las autoridades debe ser contundente a nivel táctico y de investigación.

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Volviendo al tema de los papelones, ¿qué tal el que se aventó Lorenzo Rivera Nava, presidente municipal con licencia y ahora candidato a diputado federal?

Tras el enfrentamiento salió a “lamentar” los hechos mientras que los vecinos de Chignahuapan lo tundieron y señalaron directamente de tolerar la presencia de la delincuencia en aquella demarcación.

Por si fuera poco le critican que en lugar de gobernar haya decidido hacer campaña en busca de un huesito más y también para su papá Lorenzo Rivera Sosa.

¡Qué bonita familia, qué bonita familia, qué bonita familia!

Sin duda, estos son tiempos de locura electoral, tiempos en que prometer no empobrece y donde se piensa que la memoria del electorado es corta, mientras que la realidad nos demuestra que las colas de los políticos son más largas que la Cuaresma.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected] 

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